VIENA, 10 Ene. (DPA/EP) -
El ex vicecanciller de Austria y antiguo líder del ultraderechista Partido de la Libertad (FPO), Heinz-Christian Strache, ha sido este martes absuelto de nuevo de una sentencia suspendida de quince meses por un delito de corrupción.
El caso por el que ha sido absuelto gira en torno a unas donaciones valoradas en unos 12.000 euros que su partido habría recibido entre 2016 y 2017 por parte del gestor de un hospital privado de Viena como contraprestación a sus maniobras para cambiar la ley y favorecer al negocio privado de esta persona, un amigo suyo.
El agosto del año pasado esa misma sentencia se anuló y tuvo que repetirse el juicio al considerar el tribunal que no se valoraron lo suficiente una serie de mensajes que exculparían a Strache, quien un mes antes fue absuelto de otro delito de corrupción sobre donaciones sospechosas a un grupo próximo a su formación.
En esta ocasión, el juez ha argumentado que no hay pruebas suficientes que evidencien que Strache era consciente de que el FPO hubiera recibido dicha donación antes de que el partido apostara por la reforma sanitaria. Además del ultraderechista, también ha sido absuelto el propietario de la clínica.
No es el primer caso por supuesta corrupción del que Strache sale airoso, ya que en julio del año pasado también fue absuelto de la acusación de haber ofrecido a un empresario un puesto en el consejo de supervisión del operador estatal de autopistas, Asfinag, a cambio de donaciones para el FPO.
Este asunto ha estado bajo el foco de una comisión de investigación en el Parlamento austriaco que se ocupaba del llamado 'Ibizagate', escándalo de corrupción detectado cuando el FPO formaba parte de la coalición de gobierno del excanciller, Sebastian Kurz, salpicado también por otros casos de corrupción que acabaron por decantar su caída política en 2021.
En 'Ibizagate' se desató en mayo de 2019 con la publicación de un vídeo en el que se puede ver a Strache y al que era su 'número dos' en el FPO, Johann Gudenus, ser tentados por una mujer que se hacía pasar por la sobrina de un oligarca ruso que les ofrecía una cobertura mediática positiva a cambio de contratos públicos.
El escándalo obligó a Kurz a destituir al ministro del Interior, Herbert Kickl, del FPO, lo que provocó que el resto de miembros del gabinete de esa formación presentaran su renuncia, ello provocó la disolución del gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones.