MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores de la ONU han acusado a todas las partes en conflicto en Siria de utilizar la violencia sexual contra mujeres, hombres y menores de edad se ha convertido en estos últimos siete años en herramienta para la represión, lo que habría constituido crímenes de guerra y contra la Humanidad, susceptibles por tanto de ser juzgados por tribunales internacionales.
La comisión de investigación, encabezada por el brasileño Paulo Pinheiro, ha publicado este jueves el informe 'Perdí mi dignidad: violencia sexual y de género en la República Árabe Siria', elaborado a partir de 454 entrevistas con víctimas, familiares, desertores, médicos, abogados y miembros de las comunidades afectadas.
El informe, que cubre el periodo entre el marzo de 2011 y diciembre de 2017, acusa a las fuerzas leales al régimen de Bashar al Assad de detener a miles de manifestantes y opositores. En su mayoría se trata de hombres, aunque también hay "un gran número de mujeres" consideradas afines a la oposición o miembros de los grupos insurgentes.
Una vez detenidas, las mujeres y niñas fueron sometidas a todo tipo de vejaciones que incluyen cacheos "humillantes" y --"en al menos 20 centros de detención de todo el país-- violaciones durante los interrogatorios. "Muchas mujeres y niñas denunciaron violaciones múltiples, también en grupo", reza el comunicado difundido por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
En el caso de los hombres y niños, los "métodos de tortura" utilizados incluyen la introducción de objetos como palos, botellas o tuberías, así como descargas eléctricas y mutilación genital.
Los investigadores han asegurado que estos ataques "amplios y sistemáticos" contra la población civil por parte de las fuerzas de Al Assad equivalen a crímenes contra la Humanidad.
OPOSICIÓN Y GRUPOS TERRORISTAS
Las sospechas de la comisión de Naciones Unidas se extienden también a los grupos insurgentes contrarios al régimen sirio, que habrían cometido crímenes de guerra al utilizar la violación y otras formas de violencia sexual contra los civiles. Los abusos incluyen casos de tortura y castigos contrarios a la "dignidad humana".
El informe denuncia las prácticas del antiguo Frente al Nusra y Estado Islámico, grupos terroristas que han impuesto en las zonas bajo su control "estrictos códigos de vestimenta" y, en el caso de las mujeres, límites de movimiento salvo que fuesen acompañadas de un hombre.
Las "prácticas brutales" de Estado Islámico también incluyen lapidaciones contra mujeres y niñas acusadas de adulterio, ejecuciones de miembros de minorías religiosas arrojados desde azoteas, matrimonios forzosos o latigazos contra quienes incumpliesen la estricta visión de la 'sharia' o ley islámica. Todo ello, concluyen los investigadores, "equivale a crímenes de guerra y contraviene gravemente las normas internacionales de Derechos Humanos".
PRÁCTICAS "REPUGNANTES"
Pinheiro ha considerado "totalmente repugnante" que las partes beligerantes sigan cometiendo "actos brutales de violencia sexual y de género" que, de forma "desproporcionada", suelen ir dirigidos contra mujeres y niñas. Por este motivo, se plantea por ejemplo que las mujeres sean incorporadas en el futuro proceso de paz.
Una de las integrantes de la comisión, Karen AbuZayid, también ha instado a tomar medidas para combatir "el daño físico y psicológico" que este tipo de abusos acarrea para los supervivientes y "para combatir la percepción de vergüenza y culpa que a menudo agravan el sufrimiento".