Acción contra el Hambre alerta de las consecuencias que tiene el uso de la medicina tradicional en Sudán del Sur

MADRID 28 Jul. (EUROPA PRESS) -

Acción contra el Hambre ha alertado sobre las consecuencias negativas que tiene el uso de la medicina tradicional en algunas localidades de Sudán del Sur, ya que el uso de estas terapias pueden provocar o agravar la desnutrición.

En el estado de Warrap son frecuentes los brotes de gripe estomacal, conocida popularmente en esta región como Thiang. Sus síntomas --que incluyen diarrea y vómitos-- contribuyen a la desnutrición y pueden llegar a ser mortales.

En algunas ocasiones, cuando el equipo médico de Acción Contra el Hambre ha intentado tratar esta enfermedad, las familias de la aldea de Achol Pagong se han adherido a creencias tradicionales que incluyen mitos como que visitar un centro de salud tiene consecuencias negativas para un niño.

"En nuestra comunidad un niño con gripe estomacal no puede ser enviado al hospital para recibir tratamiento", ha explicado Deng Tong, una madre de 32 años que tiene cinco hijos en esta aldea. En cambio, ha desvelado que la comunidad emplea un método en el que "se pone al niño enfermo bajo una palmera, se le dan medicinas hechas a base de hierbas y se le restringe la ingesta de agua durante siete días si es niño y durante ocho si es niña".

A principios de este año, los niños y niñas que sufrían desnutrición aguda empeoraron con la llegada de esta enfermedad. Acción contra el Hambre ha registrado el caso de una mujer que cuando su bebé se puso enfermo, intentó utilizar el tratamiento tradicional durante diez días sin éxito. Finalmente, después de ver a su hijo empeorar, decidió ir al Centro de Nutrición de Acción contra el Hambre en busca de ayuda.

Después de hacer una revisión al pequeño, los sanitarios de esta organización descubrieron que el bebé estaba gravemente desnutrido y deshidratado debido a los vómitos y a la diarrea. Tanto el niño como su madre fueron remitidos a un Centro de Estabilización en una ciudad llamada Alek, donde se tratan los casos más complicados de desnutrición.

Tras varios días de tratamiento intensivo, este niño se recuperó de la gripe estomacal y fue dado de alta. Juntos, él y su madre, regresaron a su aldea con raciones de Plumpy'Nut, un tratamiento a base de cacahuetes que permitirá a este niño recuperarse totalmente de la desnutrición.

"Mi hijo mayor estaba muy enfermo y fue tratado aquí en el Centro de Estabilización. Ahora mi hijo pequeño se ha recuperado del Thiang en el mismo centro. Esto me ha demostrado que esta enfermedad puede ser tratada en el hospital como otras enfermedades", ha explicado la madre.

EL AGUA CONTAMINADA Y LA AUSENCIA DE HIGIENE

En una reciente evaluación comunitaria, los equipos de Acción contra el Hambre han determinado que las principales causas de este brote de gripe estomacal han sido el uso de agua contaminada y las malas prácticas de higiene. En estos momentos, los trabajadores de esta organización están visitando algunas aldeas para concienciar sobre la importancia del higiene y saneamiento, así como para asegurar que las fuentes de agua de toda la comunidad están siendo tratadas.

En el Centro de Estabilización que tienen en el estado de Warrap, uno de los lugares con la tasa más elevada de desnutrición aguda, decenas de niños reciben cada mes un tratamiento que les salva la vida. Entre octubre de 2018 y marzo de 2019, en los 14 centros de nutrición que tiene esta organización en esta zona, 3.349 niños menores de cinco años gravemente desnutridos y sin complicaciones médicas fueron curados gracias a la puesta en marcha de programas de tratamiento ambulatorio.

Además, Acción contra el Hambre trabaja junto a UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos para ofrecer servicios adicionales de nutrición que permiten tratar y prevenir la desnutrición aguda. Estos tratamientos incluyen exámenes de detección temprana, tratamiento ambulatorio, programas de alimentación suplementaria, grupos de apoyo de madre a madre, educación para la salud y asesoramiento relacionado con la nutrición de madres, bebés y niños pequeños, entre otros.

La Organización Mundial de la Salud define la medicina tradicional como "todo el conjunto de conocimientos, aptitudes y prácticas basados en teorías, creencias y experiencias indígenas de las diferentes culturas, sean o no explicables, usados para el mantenimiento de la salud, así como para la prevención, el diagnóstico, la mejora o el tratamiento de enfermedades físicas o mentales".