MADRID 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
La región africana del Sahel encara su tercer episodio de sequía en seis años y Acción contra el Hambre (ACH) ha advertido de que, en 2018, podría sufrir una "gran crisis humana" con efectos en la seguridad alimentaria de cientos de miles de personas.
La temporada de lluvias, que comprende desde junio a septiembre, ha sido especialmente deficitaria en el norte de Senegal y el sur de Mauritania, hasta el punto de que en algunas zonas la producción de biomasa no llega al 50 por ciento de la media habitual para este periodo del año.
El director de ACH en Senegal, Fabrice Carbonne, ha advertido en un comunicado de que "los riesgos de crisis alimentarias y nutricionales son significativos y la situación es alarmante, especialmente de cara a la época de hambre estacional de 2018". La población ya se está viendo "obligada" a vender ganado u optar por la trashumancia temprana de grandes rumiantes, lo cual "puede resultar contraproducente en el corto y medio plazo".
"Cuando los principales sectores relacionados con la alimentación y la economía locales experimentan un choque climático de esta envergadura --comparable a los de 2011 y 2014--, esperamos un impacto significativo", ha añadido Fabrice Carbonne, que ha expresado su especial preocupación por la situación de los departamentos senegaleses de Matam, Podor, Linguere y Ranerou.
En tan seis años, la población "pobre o muy pobre" de estos cuatro departamentos "ha pasado de ser un tercio a ser la mitad", debido en parte a la frecuencia de las crisis y a la "frágil capacidad de respuesta de las estructuras locales".
ACH ha subrayado que el norte de Senegal sigue siendo una zona vulnerable desde el punto de vista nutricional, tanto por la baja resistencia de la población a los cambios climáticos como por la persistencia de otros factores como la baja cantidad y diversidad de producción y consumo de alimentos, un estado nutricional deficiente de las mujeres embarazadas y un acceso limitado a los servicios sanitarios, de agua y saneamiento.
En este sentido, el responsable local de la ONG ha afirmado que "las capacidades locales de gestión de crisis alimentarias y nutricionales son insuficientes" a pesar de los logros de los últimos años. "Los sistemas de salud y los actores comunitarios se enfrentan a una falta de recursos que estamos tratando de mitigar", ha añadido.
Los departamentos senegaleses de Podor y de Matam sufren la prevalencia de la desnutrición aguda más alta de Senegal, con un 18 y un 16,5 por ciento, respectivamente. Por su parte, en la región mauritana de Guidimakha --fronteriza con Matam--, la tasa supera el 17 por ciento, por encima del umbral de alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
PASTOS Y LECHE
La falta de pastos de este año influye de manera directa en la capacidad del ganado para producir leche, así como en la capacidad reproductiva de estos animales y, por extensión, en el potencial de producción para la campaña de 2018. Según ACH, "puede producirse por tanto una crisis pastoral que puede prolongarse durante varios años".
El movimiento transfronterizo pastoral también provoca que esta crisis afecte a varios países. Los rebaños mauritanos que generalmente trashuman a Senegal o Malí encontrarán pastizales muy degradados, mientras que la zona del oeste maliense también está experimentando una campaña invernal muy pobre.