En 2016 solo se entregó el 46% por ciento del dinero solicitado por la ONU y las necesidades no han dejado de crecer
MADRID, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
Más de 13,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Siria, a los que se suman casi cinco millones de refugiados --el 90 por ciento en países de la región--, cuando el conflicto cumple su sexto aniversario con un nivel de violencia constante, según ha denunciado Acción contra el Hambre (ACH), que ha reclamado un mayor apoyo de la comunidad internacional para hacer frente a esta "tragedia".
"La situación en Siria, cuando entramos en el séptimo año de guerra, no ha mejorado", ha afirmado Jean-Raphael Poitou, responsable geográfico de ACH, en un encuentro con la prensa. "Las necesidades siguen iguales: acceso a alimentos básicos, a agua potable, a medicina..." y 5,6 millones de personas necesitan cubrirlas de forma inmediata.
Los puntos de atención han variado en el último año en función de la dinámica del conflicto armado, ha explicado, por su parte, Manuel Sánchez-Montero, director de Incidencia y Relaciones Institucionales de ACH. Así, la violencia se concentra ahora en la franja norte, "donde hay un contacto directo" entre las tropas gubernamentales y organizaciones terroristas como el Estado Islámico, así como con la oposición siria.
Es en estos puntos donde el acceso humanitario se reduce. En total, hay doce localidades sirias sitiadas por distintos grupos armados o las fuerzas 'assadistas' en las que viven casi cinco millones de personas. La peor situación se registra en las provincias de Idlib, Hasaka y Deir Ezzor.
"Necesitamos acceso neto", ha pedido Sánchez-Montero. "No se trata de acceso nuestro (de las ONG) a la población, sino de que la población tenga acceso a servicios básicos" como la sanidad, mercados y campos de cultivo y "que tenga acceso a la ayuda cuando esté disponible", ha indicado.
Por otro lado, en aquellas zonas donde el nivel de violencia se ha reducido, las organizaciones humanitarias se enfrentan al reto de "facilitar" el retorno de sus antiguos habitantes en unas condiciones mínimas que incluyan alojamiento, comida y agua.
Es el caso de Alepo, que ha quedado totalmente devastado por cuatro años de intensos combates entre Gobierno, oposición y terroristas. "Hay barrios completamente destruidos", ha contado Poituo, sobre todo en la parte oriental, último escenario de batalla, donde las fuerzas rusas --aliadas del Gobierno-- se emplean en el desminado.
"Hay zonas del este en las que todavía no dejan volver a la gente" por razones de seguridad, pero hay muchas personas que regresan para intentar volver a la "normalidad". En el caso de los refugiados, ACH calcula que un tres por ciento ha vuelto a Siria, principalmente desde Líbano, donde son "más vulnerables" porque la pobreza ha aumentado un 110 por ciento desde el inicio de la guerra en el país vecino.
RESTRICCIONES A LA IMPORTACIÓN
Aquí las ONG se enfrentan al reto de la construcción, que en los últimos tiempos se ha visto obstaculizada por las sanciones internacionales sobre Siria que, según ha señalado Sánchez-Montero, impiden importar los llamados materiales de doble uso, que pueden destinarse a un fin tanto civil como militar.
"Los donantes sufren el problema de marcos normativos que están diseñados para matar moscas a cañonazos", ha criticado Sánchez-Montero. Se aplica, por ejemplo, a materiales como tuberías, necesarias para construir sistemas de saneamiento de aguas pero también susceptibles de usarse en la fabricación de armas.
Estas sanciones internacionales obligan a las ONG a "negociar punto por punto" para poder importar determinados materiales, "lo cual puede conllevar retrasos de hasta seis meses con el consecuente impacto negativo" sobre la población civil, ha alertado.
Por ello, ACH y otras ONG están buscando "que haya marcos de exenciones para que ciertos materiales puedan ser importados de manera directa con la garantía de que van a ser usados por organizaciones acreditadas para fines humanitarios" y, aunque hay un "diálogo permanente" con el Gobierno español, se hace, sobre todo, a través del Gobierno suizo.
De momento, ya se ha conseguido una exención humanitaria para introducir combustible en Siria con el objetivo de abastecer a infraestructuras civiles, como hospitales y colegios.
AYUDA A LA "EXISTENCIA"
Superada la primera fase de emergencia, ACH aboga por cambiar la "estrategia de subsistencia" por una de "existencia" que permita devolver a las comunidades locales su medio de vida para que no tengan que depender a largo plazo de la ayuda humanitaria, especialmente con crisis que duran una media de 15 años.
Sánchez-Montero ha defendido las ventajas de sustituir "la estrategia del saco de comida" por la del "cheque", algo que ACH ya hace en varios lugares. Se trata de una especie de "subsidio social" para garantizar que la población tenga el dinero efectivo suficiente para acceder a recursos que existen, bien por el sector público, bien por el privado, como el alquiler de vivienda, la asistencia sanitaria o alimentos.
El objetivo, ha señalado Sánchez-Montero, es "encontrar soluciones que entrañen menos recursos pero que tengan un mayor impacto" porque la comunidad humanitaria internacional "no está en condiciones de seguir haciendo distribuciones alimentarias" de forma incesante.
"HONRAR LOS COMPROMISOS"
El problema es que para todo ello, ya sea ayuda de emergencia para la población atrapada en el conflicto o para el reasentamiento de la población local, se necesitan ingentes recursos económicos que los donantes internacionales no parecen dispuestos a entregar.
En 2016 solo se cubrió el 46 por ciento de los 3.180 millones de dólares solicitados por Naciones Unidas para la crisis humanitaria en Siria y los gobiernos prometieron fondos por valor de 6.000 millones de dólares que "nunca llegaron a hacerse efectivos".
En 2017, un año después, la situación en términos económicos no han mejorado. De los 3.400 millones pedidos por la ONU solo se ha entregado el tres por ciento. De cara a la próxima conferencia de donantes para Siria, que se celebrará el 5 de abril en Bruselas, ACH ha hecho un llamamiento claro: "honrad los compromisos".
Sánchez-Montero ha enfatizado que "salir con el pecho henchido" por una gran promesa de fondos para Siria "sirve de muy poco" porque "la gente en Siria o en Líbano, y por supuesto la opinión pública de los países donantes, no es tonta. "Seamos serios con lo que estamos comprometiendo porque es necesario", ha remachado.