MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y varias ONG han denunciado este lunes que la cifra de refugiados procedentes de Sudán del Sur podría incrementarse hasta los tres millones de personas, lo que supondría el mayor éxodo de población en África desde el año 1994, cuando tuvo lugar el genocidio de Ruanda.
ACNUR ha advertido de que la ausencia de una resolución "inminente" para atajar la crisis de Sudán del Sur puede convertir a la mayoría de su población en refugiados en 2018. En lo que va de año, más de dos millones de sursudaneses, la mayoría mujeres y niños, han huido del país en busca de refugio a países como Uganda, Etiopía, Kenia, República Democrática del Congo o República Centroafricana.
La organización ha señalado que, si se mantienen las mismas tendencias en las cifras de llegada a los países de acogida, medio millón de estas personas podrían convertirse en refugiados dentro de un año. A esto se suma que dentro de Sudán del Sur ya existen otros dos millones de personas desplazadas.
Los altos responsables de ACNUR, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y ONG asociadas enviaron el 17 de octubre a Nairobi a personal diplomático y a expertos en desarrollo y cuestiones políticas con el fin de abordar la crisis de Sudán del Sur y su devastador impacto humanitario.
Esa acción puso de manifiesto la falta de recursos del Plan Regional de Respuesta para los Refugiados en Sudán del Sur estimado en 4.000 millones de dólares para atender a los dos millones de refugiados sursudaneses y que solo han sido suficientes para hacer frente al 25 por ciento de las necesidades que se planteaban.
ACNUR ha señalado que la situación de los sursudaneses solo puede compararse en términos de magnitud y necesidades humanitarias a la de los refugiados sirios. El coordinador regional para los refugiados y consejero especial para la situación en Sudán del Sur, Arnauld Akodjenou, ha advertido de que, con cuatro millones de personas desplazadas desde 2013, el impacto que está teniendo el conflicto sobre la población civil es "una catástrofe".
Akodjenou ha subrayado que la continua exposición que sufren los jóvenes a la cultura de la violencia que se ha instalado en el país no augura nada bueno a largo plazo ni para la estabilidad de Sudán del Sur ni para la estabilidad de la región. "La huida de civiles es como una hemorragia, un saneamiento del país de su recurso más preciado", ha agregado.
Akodjenou ha insistido en la necesidad de encontrar una solución para abordar de forma detallada las causas del conflicto. Así, ha afirmado que un acuerdo de paz sigue siendo la única herramienta que tienen a su alcance tanto los protagonistas como la comunidad internacional. "La ya compleja y prolongada crisis política se ha visto agravada por nuevas amenazas, entre ellas la proliferación de armas y la aparición de múltiples facciones de lucha", ha agregado.
PRESUPUESTOS HUMANITARIOS PARA 2018
ACNUR ha denunciado que la población está expuesta a graves actos de violencia entre los que se incluyen los abusos sexuales, el asalto de casas o el reclutamiento de niños, mientras que la desnutrición y el hambre alcanzan niveles históricos.
Las agencias humanitarias han destacado que la situación podría deteriorarse dado que el conflicto sigue activo, al tiempo que han señalado que las personas desplazadas se encuentran en una situación extremadamente vulnerable. Algunas de ellas han sido desplazadas hasta en siete ocasiones y han estado expuestas a un alto riesgo de sufrir desnutrición o padecer el cólera.
El director de la Oficina de ACNUR en África, Valentin Tapsoba, ha asegurado que la crisis humanitaria está a punto de alcanzar un momento de ruptura a pesar de "la generosidad de los países anfitriones, que continúan manteniendo sus fronteras abiertas".
Tapsoba ha resaltado que la presión sobre los recursos de los países que están acogiendo refugiados es "abrumadora", al tiempo que ha destacado que estos países socios "están luchando para proporcionar agua, refugio y otros servicios básicos" a los sursudaneses.
En las próximas semanas, la ONU y otros socios humanitarios evaluarán los presupuestos necesarios para 2018 en materia de protección de refugiados y para programas de asistencia, al tiempo que impulsan una respuesta urgente --tanto a nivel regional como internacional-- para el proceso de paz en Sudán del Sur. En dicha respuesta se incluirán tanto las necesidades de los refugiados como de las personas desplazadas.