MADRID, 17 Sep. (EUROPA PRESS) -
El llamamiento económico del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para responder a la pandemia de COVID-19 apenas ha cubierto una tercera parte de los fondos requeridos, lo que convierte a esta emergencia en la que menor apoyo financiero ha recibido por parte de los donantes internacionales.
La agencia de Naciones Unidas había solicitado 924 millones de dólares para ayudar a contrarrestar la pandemia a quienes han tenido que abandonar sus hogares. Sin embargo, la responsable de la sección de salud pública de ACNUR, Ann Burton, ha advertido de que hay una "profunda brecha" económica que impide atender a "los más vulnerables".
"Seguimos viendo nuevos casos y la gente continúa muriendo", ha lamentado Burton, quien también ha recordado que desplazados y refugiados están sufriendo también las repercusiones económicas de la emergencia sanitaria, en la medida en que la precariedad en la que viven y trabajan se ha visto agravada en este último año y medio.
Asimismo, ha lamentado que la "desigualdad" en materia de vacunas complica el acceso de los refugiados a estos fármacos, en la medida en que el 86 por ciento de estas personas está en países en desarrollo y el 80 por ciento de las dosis ha ido a parar a naciones de rentas medias y altas.
Además, estos países de acogida se ven a menudo sobrepasados ante el repunte de contagios, ya que disponen de sistemas sanitarios menos potentes y "luchan para hacer frente a las necesidades de su propia población".