Refuerzo de campamento refugiados rohingya
UNHCR/CAROLINE GLUCK
Publicado: sábado, 3 febrero 2018 9:14

MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) comienza ya a intensificar sus esfuerzos para proteger la vida de cientos de miles refugiados royingya que se esconden en Bangladesh de la persecución del Ejército birmano, ante las graves inundaciones y deslaves que acompañarán a próxima temporada monzónica y amenazan a los campos donde están recluidos, en la localidad de Cox's Bazar.

El Gobierno de Bangladesh ha reconocido y se ha comprometido a abordar estas preocupaciones mientras que Naciones Unidas y los socios humanitarios han establecido un grupo de preparación para emergencias para coordinar estos esfuerzos, ha informado ACNUR en un comunicado.

Los primeros análisis de riesgo se han centrado en los asentamientos de Kutapalong y Balukhali -- los más grandes del mundo, actualmente, que albergan a más de 569,000 refugiados -- e indican que al menos 100.000 refugiados podrían estar en grave peligro de derrumbes e inundaciones.

ACNUR, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)y el Centro Asiático de Preparación para Desastres (ADPC) sugieren en su evaluación conjunta que hasta un tercio del área de asentamiento podría acabar sumergido: más de 85.000 refugiados podrían perder su techo y otros 23,000 refugiados (cuyas tiendas están en laderas empinadas) podrían acabar sepultados por deslaves.

Además, los servicios clave en el asentamiento, instalados por las agencias humanitarias, que trabajan con el Gobierno de Bangladesh, también corren el riesgo de desaparecer, incluidas las letrinas, los baños, y los centros de salud.

Las carreteras de acceso a los asentamientos podrían estar bloqueadas e inaccesibles para los vehículos, lo que dificultaría la provisión de ayuda de emergencia en el caso de una tragedia. También existe un alto riesgo de salud pública, especialmente de brotes de enfermedades contagiosas.

ACNUR ya ha tomado una serie de medidas para proteger mejor a los refugiados, entre ellas la entrega de kits de refugio mejorados, con bolsas de arena biodegradables para ayudar a anclar las estructuras, más resistentes y pueden protegerlas mejor en las fuertes lluvias.

Además, se han puesto en marcha varios proyectos de ingeniería para construir senderos y escaleras reforzada con bambú, puentes elevados, muros de contención de bambú, ladrillo o cemento concreto para estabilizar el suelo, así como redes de drenaje.

El trabajo mecánico a gran escala comenzará en las próximas semanas para nivelar algunas de las cimas empinadas con el fin de reducir el riesgo de deslizamientos de tierra, así como para aumentar la cantidad de área utilizable. Además, comenzará un proceso de reubicación de algunas familias que viven en las partes más precarias del campamento, que están en mayor riesgo de deslizamientos de tierra.

También se prevé la instalación de sistemas de alerta temprana, y la puesta en marcha de campañas de información pública para alertar a la población de refugiados sobre los riesgos que podrían enfrentar. Hay que tener en cuenta que los refugiados solían vivir en las llanuras bajas del estado birmano de Rajine, y los corrimientos de tierra son un fenómeno que les resulta desconocido.

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