MADRID, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha expresado este miércoles su preocupación por la violencia contra los rohingya en Sri Lanka, un día después de un ataque contra esta minoría étnica y religiosa que obligó a una treintena de personas a abandonar un centro de acogida de la ONU en Colombo, la capital ceilandesa.
El incidente tuvo lugar el martes, cuando un grupo de manifestantes integrado por nacionalistas y monjes budistas atacó las instalaciones de ACNUR al grito de "no queremos terroristas en este país". "Son terroristas. Han matado a monjes budistas en Birmania", dijo un monje budista.
Un total de 31 rohingya, la mayoría mujeres y niñas, fueron evacuados del lugar con ayuda de las fuerzas ceilandesas. El grupo fue interceptado en abril junto a dos traficantes indios en un bote en aguas territoriales de Sri Lanka y trasladado a un centro de detención ubicado en las afueras de Colombo, aunque finalmente fueron entregados a ACNUR.
ACNUR ha recordado que los rohingya están en Sri Lanka con autorización del Gobierno y que, como refugiados, "necesitan protección internacional y asistencia". "Urgimos a todas las partes implicadas a seguir dando esta protección y a mostrar empatía con los civiles que huyen de la persecución y la violencia", ha dicho la ONU en un comunicado.
Cientos de miles de rohingyas han abandonado Birmania en el último año por la ola de violencia en el estado de Rajine, donde se concentra esta etnia de fe musulmana. Los enfrentamientos entre con las fuerzas de seguridad comenzaron en octubre y se reanudaron en agosto, dejando cientos de muertos.