ESTAMBUL, 23 May. (Reuters/EP) -
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, ACNUR, ha clasificado el cierre de las fronteras europeas para frenar la migración como un acto "inhumano", y ha advertido de que las soluciones llevadas a cabo por los gobiernos solo resuelven la crisis de manera temporal.
Los cierres fronterizos en la zona de los Balcanes y el controvertido acuerdo entre Turquía y la Unión Europea han reducido drásticamente el número de personas que han entrado en Europa este año, comparado con el millón que entraron en 2015.
"Hay muchas personas creyendo que el acuerdo ha funcionado porque la gente ha dejado de venir, pero no es tan simple", ha declarado una de las portavoces de ACNUR, Melissa Fleming, en el marco de una de las primeras cumbres humanitarias de la historia patrocinada por Naciones Unidas y que se celebra en Estambul. "Ha aplazado el problema atrás pero no lo ha solucionado", ha añadido.
En el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, Ankara ha aceptado la devolución de los inmigrantes a cambio de una aceleración en su entrada en la comunidad europea y la libre circulación de turcos por Europa.
Turquía ha acogido a alrededor de tres millones de refugiados desde el comienzo de la guerra en Siria y ha gastado alrededor de 10.000 millones de dólares, pero muchas organizaciones de ayuda han declarado que Turquía no es un país seguro.
Según Amnistía Internacional, la semana pasada un sirio en Lesbos ganó un recurso contra una orden de devolución a Turquía. Su argumento era que el país eurasiático no proporciona a los refugiados la protección necesaria establecida en la Convención sobre los Refugiados. Aun así, la organización no está segura de que sirva de precedente.
La ley antiterrorista turca ha levantado por su parte mucha controversia ya que Bruselas asegura que no se ciñe a estándares europeos y podría convertirse en un motivo para poner fin al acuerdo.
Considerada como la primera de su tipo, la convención que Naciones Unidas celebra en Estambul está pensada para mejorar la respuesta hacia lo que se considera la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial.