MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha asegurado este viernes estar "impactado" por la muerte de 44 inmigrantes y refugiados que quedaron varados en pleno desierto del Sáhara, donde fallecieron por deshidratación, después de que se averiara el camión en el que viajaban.
Sólo seis personas sobrevivieron y lograron llegar a un pueblo donde explicaron que otros 44 compañeros de viaje, entre ellos tres bebés y dos niños, habían muerto de sed. La mayoría procedían de Ghana y Nigeria, según explicó entonces a Reuters el responsable de Cruz Roja en la región de Bilma, Lawal Taher.
ACNUR ha acusado a los traficantes de personas de ser "capaces de traspasar cualquier límite para explotar a inmigrantes y refugiados desesperados".
"Estas estremecedoras muertes forman parte de un panorama mayor de explotación, una trampa mortal organizada por los traficantes que se extiende desde el Mediterráneo al Sáhara", ha señalado la agencia para los refugiados de la ONU.
En este contexto, ACNUR ha recordado que ha abierto recientemente una oficina en Agadez, en el centro de Níger, una sede que está próxima a las zonas de tránsito para proveer acceso ágil al asilo. Según las cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), unos 17.000 inmigrantes y refugiados han atravesado Níger desde Libia.
No obstante, el alto comisionado ha señalado que todavía necesita unos 75 millones de dólares para poner fin a las crecientes necesidades humanitarias y de protección en Libia, de donde proceden la mayor parte de los desplazados.
"Con esta última tragedia en el desierto del Sáhara, ACNUR repite su llamamiento para la creación de alternativas seguras para quienes necesitan protección internacional a estos peligrosos viajes, incluyendo formas accesibles y seguras de alcanzar Europa, como la reunificación familiar, el reasentamiento y el patrocinio privado", ha concluido.
Un informe divulgado en 2016 por 4mi, filial del Consejo Danés para los Refugiados, advirtió de que el desierto se cobra más vidas de migrantes que el mar, según los testimonios de los supervivientes.