MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha hecho este miércoles un llamamiento para recaudar 157 millones de dólares (unos 126 millones de euros) para entregar ayuda a más de 250.000 personas afectadas por las operaciones de la secta islamista nigeriana Boko Haram en la cuenca del lago Chad.
El llamamiento, formulado junto a otras 46 agencias de la ONU y organizaciones humanitarias, está destinado a atender las necesidades de cerca de 208.000 refugiados nigerianos y 75.000 personas de las comunidades de acogida en Camerún, Chad y Níger.
"La crisis de Boko Haram persiste y está lejos de haber terminado", ha dicho la alta comisionada adjunta de ACNUR, Kelly T. Clements, durante la presentación del llamamiento de fondos ante los donantes en la capital de Níger, Niamey.
"El mundo no debería olvidar a las víctimas de este mortífero conflicto, especialmente porque parece poco probable que en el futuro cercano se vaya a producir un restablecimiento de la paz y la estabilidad", ha agregado.
Los refugiados nigerianos por la violencia de Boko Haram han llegado a comunidades ya pobres y muy aisladas en los países vecinos, provocando como efecto colateral un aumento de la inseguridad alimentaria y la desnutrición en estas poblaciones.
El conflicto ha generado el desplazamiento interno de otros 2,4 millones de personas en estos cuatro países, mientras que más de 72, millones de personas en la región de la cuenca del lago Chad padecían inseguridad alimentaria en septiembre de 2017.
"El futuro de las jóvenes generaciones en la región está en juego, ya que la inseguridad alimentaria no solo afecta la dignidad de las familias, sino que tiene graves consecuencias para el desarrollo físico y cognitivo de los niños", ha manifestado Clements.
Asimismo, el conflicto ha tenido un impacto "demoledor" en el acceso a la educación y en los índices de escolarización debido al cierre de cientos de escuelas en la región.
La ayuda a las comunidades de acogida está destinada a mejorar los servicios de alojamiento, asistencia sanitaria, educación, agua potable y saneamiento, debido a que la capacidad de las mismas para ayudar a los desplazados "ha llegado a su límite".