Actualizado: viernes, 7 julio 2017 7:22


MADRID, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, ha pedido este jueves al Gobierno de Birmania que solucione la situación de los refugiados apátridas que huyeron del país y que viven en campamentos de refugiados en áreas fronterizas, después de su primera visita al país.

Durante su visita, Grandi ha visitado Rangún, la capital, Naipyidó, y las localidades de Sittwe y Maungdaw, en el estado de Rajine, de donde se han visto obligados a huir durante los últimos meses miles de musulmanes de la etnia rohingya, la mayor parte de ellos apátridas.

Grandi se ha mostrado "feliz" de que la consejera de Estado, la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, haya dicho que "los refugiados en Tailandia son bienvenidos" de nuevo en Birmania, y ha asegurado que ambos están de acuerdo en que el regreso de los refugiados debe ser "voluntario y sostenible".

"Los refugiados no pueden regresar a una situación de dependencia, sino de autosuficiencia", ha señalado. Todas estas cuestiones, ha continuado, son "complejas" pero no "intratables".

"Un paso importante es permitir la libertad de movimiento y acceso a los servicios y formas de vida para todos. Además, la vía acelerada hacia la ciudadanía forma parte de la solución, como lo son todos los esfuerzos por acabar con la exclusión y la pobreza.

Miles de rohingya huyeron a Bangladesh desde el norte del estado birmano de Rajine tras los ataques registrados el 9 octubre, donde murieron nueve agentes fronterizos.

La rohingya es una de las minorías más perseguidas del mundo. Desde 1978, los rohingya han ido llegando a Bangladesh en varias oleadas, huyendo de la represión en su Birmania natal.

Según el departamento de la Comisaría de Repatriación de Refugiados Rohingya (CRRR), cerca de 250.000 rohingya entraron en Bangladesh en 1978 huyendo de la 'Operación Dragón' llevada a cabo por el Gobierno birmano, una operación cuyo objetivo era evaluar la situación de los habitantes en zonas fronterizas y tomar medidas contra los extranjeros que habían entrado de forma ilegal en el país.

Esta operación acabó con la expulsión y detención masiva de rohingya, a los que no se consideraban ciudadanos. Entre 1991 y 1992 la ola fue similar: otros 250.000 musulmanes entraron a Bangladesh a través de las fronteras de Cox's Bazar y Bandarban, donde el Gobierno levantó 21 campamentos temporales para ellos.

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