BANGKOK, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los delegados de más de 20 países y organizaciones internacionales reunidos este sábado en Tailandia en el contexto de la segunda Cumbre Extraordinaria sobre Inmigración Irregular en el océano Índico, han declarado que la única manera de evitar las muertes de los desplazados en la zona es trabajar juntos en medidas consensuadas y sostenibles, según ha informado la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR).
"Con un número de desplazados sin precedentes de 60 millones a día de hoy, se ha vuelto evidente que los movimientos forzados de la población son un fenómeno global que ningún país puede resolver por sí mismo", ha declarado Volker Türk, el asistente del Alto Comisionado para la Protección en ACNUR.
La reunión se produce tras un repunte en los viajes irregulares a través de la Bahía de Bengala, en un intento de evitar y prevenir futuros incidentes como el ocurrido en mayo, cuando cerca de 5.000 Rohingya y Bangladeshíes lograron tocar tierra tras semanas a la deriva.
"Los números que estamos presenciando en este región son algo manejable y damos la bienvenida a la táctica regional para hacerles frente", ha añadido Türk. "El hecho de que solamente 1.000 personas se hayan subido a los botes desde septiembre ofrece una oportunidad muy importante para poner estos planes en marcha", ha señalado este sábado.
Durante el evento, tanto la Organización Internacional sobre Inmigración (IOM, por sus siglas en inglés) como la oficina de la ONU sobre Crímenes y Drogas (UNDOC), han compartido con los países afectados por los movimientos migratorios informes donde se detallan las líneas de guía a seguir en caso de que estos desplazamientos comiencen de nuevo.
Estos informes señalan la necesidad de establecer partidas de búsqueda y rescate coordinadas, prevenir desembarcos e imponer medidas coordinadas para su recepción y posterior gestión de su estancia.
Además, hacen un mayor hincapié en la necesidad de contar con procedimientos de cribado efectivos a la hora de identificar a aquellos sujetos con necesidad de protección internacional, víctimas de tráfico humano y grupos vulnerables, como mujeres y niños.
"Hasta que los refugiados que se encuentran desplazados puedan volver a sus países de una manera digna y voluntaria, tenemos que encontrar una sistema de asilo temporal o un tipo de estancia alternativa que asegure a estas personas acceso a los sistemas sanitarios, educativos y laborales", ha declarado Türk.
"Permitirles trabajar en aquellos países donde se importa mano de obra es un movimiento ganador. Les da confianza y dignidad y reduce la carga para los países receptores", ha sentenciado.
Por su parte, inaugurando la cumbre, el ministro de Exteriores tailandés, Don Pramudwinai, ha enfatizado que las soluciones deben incluir un amplio abanico de medidas, desde prevención hasta tratamiento, migraciones seguras, sustento, así como un ejercicio de la ley más estricto y protección temporal para aquellos que ya han realizado el viaje, aunque ha señalado que las soluciones a largo plazo aún se encuentran pendientes.
Asimismo, Türk ha señalado que en su reciente visita a Rakhine, en Myanmar, había visto progresos en la búsqueda de soluciones para los desplazados internacionales, pero a su vez también había escuchado "quejas legítimas" todavía sin remediar.
"En el corazón del asunto se encuentra la necesidad de asegurar la identidad legal de los inmigrantes que se encuentran en Myanmar, así como derechos fundamentales tales como libertad de desplazamiento, no discriminación y acceso a los servicios", ha declarado. "Esperamos que el nuevo Gobierno preste la atención necesaria a este tema, a la luz del hecho de que la ausencia de estas libertades para los desplazados ha tenido repercusiones internacionales", ha remarcado Türk.
Al mismo tiempo, ha añadido que los Objetivos de Desarrollo Sostenible ofrecen el marco necesario para hacer frente a las raíces del problema y asegurar que nadie se quede atrás a la hora de disfrutar de los derechos necesarios para vivir en sociedad.
Se estima que cerca de 95.000 personas han realizado el peligroso viaje a través de la Bahía de Bengalí y el mar de Andaman desde 2014, con cerca de 1.100 personas fallecidas y cientos de ellas encontradas en tumbas masivas sin identificar.