MADRID 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha comenzado a trabajar para evitar los daños y mejorar las infraestructuras de los campamentos de Cox's Bazar y forma a los refugiados rohingya para que lideren la respuesta ante cualquier desastre provocado por la estación monzónica y de ciclones.
ACNUR ha señalado que está trabajando para consolidar las estructuras esenciales y preposicionar de manera estratégica artículos de primera necesidad en los asentamientos de refugiados.
La agencia de la ONU también distribuye equipamiento y materiales básicos, evalúa zonas de riesgo y desarrolla protocolos de respuesta y planes para mitigar el impacto del viento y las lluvias.
Sin embargo, ACNUR ha advertido de que las vidas de los refugiados en Cox's Bazar continúan en riesgo y miles de familias están expuestas a inundaciones repentinas.
"Esta situación exige una respuesta humanitaria contundente que se centre en las necesidades tanto de los refugiados como de las comunidades bangladeshíes de acogida", ha señalado un portavoz de ACNUR en una rueda de prensa.
El portavoz ha explicado que los esfuerzos de ACNUR están centrados en dar formación y reforzar a largo plazo las capacidades de las comunidades de refugiados que estarán en la primera línea de respuesta ante cualquier situación. Entre otros aspectos, tendrán en cuenta, su capacidad para prepararse y responder a desastres naturales junto a los equipos de terreno de ACNUR y de otros socios humanitarios.
ACNUR ha indicado que junto a los refugiados formados acuden a las viviendas para ofrecer información y consejos sobre seguridad y salud para que las familias tengan más recursos para hacer frente a esta temporada de lluvias.
Según ACNUR, cuando comience el monzón, los primeros en responder serán los voluntarios de la unidad de seguridad y los trabajadores sanitarios voluntarios de la comunidad que informarán sobre cómo prevenir la propagación de enfermedades.
Por su parte, los grupos comunitarios también desempeñarán un importante papel en la provisión de asistencia práctica a las familias que se vean afectadas.
Más de 700.000 rohingyas huyeron en agosto de 2017 hacia el vecino Bangladesh por la campaña militar puesta en marcha por el Gobierno birmano en el estado de Rajine, donde se concentra esta minoría étnica musulmana. La ONU llegó a hablar de "limpieza étnica".
Los rohinya son un grupo étnico musulmán de Birmania calificados como la minoría étnica y religiosa más perseguida del planeta. Desde 1982 huyen de la escalada de violencia perpetrada por el Ejército birmano que les niega la ciudadanía, asentándose principalmente en Bangladesh.