BERLÍN/MÚNICH 18 (DPA/EP)
Uno de los activistas que estaba manteniendo una huelga de hambre en Berlín en defensa del clima ha abandonado este sábado la protesta debido al grave peligro que corre su vida.
Michael Winter, de 61 años, ha anunciado que ha decidido volver a comer después de 31 días, tras llevar hospitalizado en una clínica de Múnich desde el miércoles por problemas cardíacos.
Sin embargo, otros participantes en la campaña quieren continuar. Según sus propias declaraciones, los activistas climáticos buscan persuadir al canciller, Olaf Scholz, para que emita una declaración gubernamental sobre la excesiva concentración de dióxido de carbono en la atmósfera y la urgencia de cambiar de rumbo.
Según un portavoz del Gobierno, Scholz no está dispuesto a cumplir las exigencias de los activistas.
"Mi resumen personal es que he arriesgado mi vida lo suficiente como para llegar a la conclusión de que Olaf Scholz prefiere aceptar muertes antes que decir a la gente la verdad sobre la catástrofe climática", ha señalado Winter.
Por ello, ahora prefiere asumir la responsabilidad por su familia que "pagar el precio definitivo por el bien común".
Por su parte, otro activista que fue hospitalizado temporalmente tras un desmayo, Wolfgang Metzeler-Kick, dijo que va a continuar con su huelga de hambre. El hombre, de 49 años, no ha ingerido alimentos sólidos desde el 7 de marzo, aunque sí zumos, electrolitos y vitaminas.
"No quiero morir. Pero estoy dispuesto a arriesgar mi vida para que la población conozca la verdad sobre la gravedad de la catástrofe climática", explicó, antes de añadir que "ya sea con mi muerte o con una declaración del canciller, lo dejo en manos de Olaf Scholz".
Según los organizadores de la campaña, otras cuatro personas están en huelga de hambre junto a Metzeler-Kick, acampadas cerca del Ministerio de Economía en Berlín.