Nadia Murad
ALKIS KONSTANTINIDIS/REUTERS
Actualizado: jueves, 1 junio 2017 22:48


KOCHO (IRAK), 1 (Thomson Reuters Foundation/EP)

Nadia Murad, conocida activista por los derechos de la comunidad yazidí que fue retenida como esclava sexual por el Estado Islámico, ha vuelto a su pueblo natal en Irak, donde fue capturada hace tres años. Murad ha pedido la colaboración internacional para liberar a otras mujeres yazidíes que siguen cautivas.

Nadia Murad, de 24 años, fue una de las cerca de 7.000 mujeres y niñas capturadas en el noroeste de Irak en agosto de 2014 por las milicias del Estado Islámico, que consideran que esta minoría rinde culto al diablo.

Fue secuestrada en la localidad de Kocho cerca de Sinjar, el hogar de unos 40.000 yazidíes, y sometida por el Estado Islámico en Mosul, donde fue torturada y violada. Murad escapó tres meses después, consiguió llegar a un campo de refugiados y comenzó el camino a Alemania.

Murad da voz a la causa de la minoría religiosa de los yazidíes, comunidades asentadas en el norte de Irak. Pidió apoyo en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 2015 y a todos los gobiernos a nivel mundial, fue nominada al premio Nobel de la Paz y le fue otorgado el papel de embajadora de Buena Voluntad de Naciones Unidas.

Murad ha visitado el jueves su antigua escuela en el pueblo de Kocho, arrebatado al Estado Islámico la semana pasada. "Soy hija de este pueblo", ha dicho emocionada.

Kocho es un pueblo agrícola que llegó a albergar a una población de 2.000 yazidíes. Sin embargo, en los ataques de 2014, la mitad fueron asesinados o permanecen desaparecidos. Hace tres años en la escuela de Kocho las milicias del Estado Islámico reclutaron a todos los habitantes del pueblo, enviando a los niños a campos de entrenamiento y forzando a las mujeres y las niñas a la esclavitud y a matar a los hombres, ha recordado la activista.

Hay siete fosas comunes en Kocho, y Murad ha pedido que sean exhumadas. "Abrid un caso para aquellos que lo perdieron todo, sus padres, personas que no pueden volver a sus casas y enterrar a sus seres queridos", ha dicho.

"Nosotras esperábamos que nuestro destino fuese como el de los hombres y que nos matarían; sin embargo, europeos, saudíes, tunecinos y otros combatientes nos violaron y nos vendieron", ha contado a la Thomson Reuters Foundation.

Se estima que 3.500 mujeres siguen todavía esclavizadas.'La comunidad internacional no ha cumplido con su responsabilidad', y ha añadido que debe apoyarse a minorías como la yazidí. De igual manera, Murad ha pedido el reconocimiento oficial de la masacre yazidí como genocidio.

Nadia Murad ha visitado su pueblo natal con la compañía de su hermana y rodeada de guerrilleros yazidíes, a quienes ha dado las gracias en el discurso que ha realizado desde el tejado de su colegio. Su hermana, de 30 años, que fue secuestrada durante cinco meses hasta que logró escapar, ha reconocido, al igual que la propia Nadia, que nunca habría imaginado poder volver a casa. "Nunca pensé que vería Kocho de nuevo", ha dicho a la Fundación, "pensé que me habrían matado", añadió. Una sobrina de Murad sigue presa por el Estado Islámico.

La visita, bajo fuertes medidas de seguridad, se produce después de que milicias leales a Irán y las Fuerzas Armadas iraquíes consiguieran abrirse paso hacia la frontera con Siria por primera vez la semana pasada, liberando los últimos pueblos yazidíes del Estado Islámico.

RECONOCIMIENTO DE GENOCIDIO
En su página web Murad explica que seis de sus nueve hermanos varones fueron asesinados en la masacre de Kocho, y que su madre fue ejecutada por ser considerada demasiado mayor para ser esclavizada sexualmente. Un total de cerca de 18 miembros de su familia fueron asesinados o están desaparecidos en una zona, el norte de Sinjar, que se estima repleta de fosas comunes de yazidíes asesinados en la masacre.

Naciones Unidas cifra en más de 5.000 los yazidíes asesinados durante el ataque de 2014, una masacre que la comisión de la ONU ha catalogado de genocidio. Si esta designación se hiciese oficial, sería el primer genocidio reconocido no ejecutado por agentes estatales, sino por un fuerzas paramilitares.

La abogada internacional de derechos humanos Amal Clooney ha manifestado su empeño en procesar al Estado Islámico a través del Tribunal Penal Internacional por sus crímenes contra la comunidad yazidí.

Murad, que ahora vive en Alemania, planea publicar este año unas memorias tituladas 'La última chica: mi historia en cautividad y mi lucha contra el Estado Islámico'."La gente está muy orgullosa de que Nadia dé a conocer la causa yazidí. Cuando vuelve a casa del campo todo el mundo va a verla. Los yazidíes la quieren", dijo su hermana a la Fundación, que vive en Rwanga, un campo en Dohuk en el Kurdistán Iraquí.

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