RANGÚN/NUEVA YORK, 2 Oct. (Reuters/EP) -
Activistas musulmanes han presentado una demanda en Estados Unidos contra el presidente de Birmania, Thein Sein, acusándolo a él y a varios ministros de violar los Derechos Humanos de la minoría rohingya, a solo unas semanas de que se celebren unas históricas elecciones generales.
La demanda ha sido interpuesta por el rohingya Hitay Lwin Oo y por Burma Task Force, una agrupación de 19 organizaciones musulmanas, en un tribunal federal de Manhattan y denuncia a las autoridades birmanas por planear e instigar "crímenes de odio y discriminación equivalentes a genocidio".
Según los demandantes, los musulmanes rohingya son "objeto de genocidio, tortura, detención arbitraria y tratamiento cruel, inhumano y degradante", por lo que se ha invocado el Estatuto de reclamación por agravios contra extranjeros(ATS). El Gobierno birmano tendrá oportunidad de defenderse en caso de que un juez la acepte a trámite, lo que normalmente lleva al menos unos meses.
En 2013, el Tribunal Supremo de Estados Unidos dificultó el que las demandas por ATS sean tramitadas, al establecer que deben ser "tocantes y concernientes" al territorio estadounidense "con la suficiente fuerza" para que no se presuponga que la ley cubre conductas fuera de Estados Unidos.
Birmania, un país mayoritariamente budista, no considera que los rohingya sean ciudadanos de su territorio, lo que los relega al estatus de apátridas, pero niega que se les trate de forma discriminatoria o que huyan por estar perseguidos.
VIOLENCIA SECTARIA
Un año después de que la junta militar abandonase el poder en 2011, la ola de sentimiento antimusulmán se extendió por el país, llegando a convertirse en violencia sectaria.
Al menos 200 personas han muerto y más de 140.000 han sido desplazadas, principalmente rohingyas, por la lucha entre los musulmanes y los budistas en el estado de Rajine, en el oeste del país. Durante el estallido de la crisis migratoria en Asia en mayo, Birmania negó que su trato a los rohingya fuera la causa de su éxodo.
Las tensiones religiosas y étnicas han aumentado de cara a las elecciones del 8 de noviembre. El Gobierno ha prohibido a la mayoría de los rohingya que voten o que sean registrados como candidatos, despertando las críticas de Occidente y debilitando sus esfuerzos por presentar las primeras elecciones libres y justas en 25 años.
El Ejecutivo birmano defiende su decisión. El ministro de Exteriores birmano recientemente comparó la situación con la negativa de las autoridades estadounidenses de otorgar las 'green card' a los ciudadanos extranjeros para que puedan trabajar.