NUEVA YORK, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los misioneros estadounidenses acusados de secuestro y de asociación criminal por intentar llevarse de Haití a 33 niños la semana pasada, después del terremoto que sufrió el país caribeño el pasado 12 de enero, ya habían intentado hacerlo previamente con otro grupo formado por decenas de menores, según ha informado un policía haitiano.
El policía, que no ha querido hacer pública su identidad por miedo a represalias, declaró este lunes a la cadena estadounidense CNN que los diez misioneros baptistas --incluida su líder, Laura Silsby-- intentaron llevar de Haití a República Dominicana a 40 niños el pasado 26 de enero.
El agente aseguró que descubrió a Silsby y a los otros nueve estadounidenses en un autobús en Pétionville, un barrio de Puerto Príncipe, tras recibir un chivatazo de un ciudadano. Les hizo detenerse y ordenó a los niños que bajasen del autobús. Después envió a Silsby a la Embajada dominicana.
"Dije lo que ocurría y ella me dijo: 'Tengo los papeles para cruzar la frontera con la República Dominicana con 100 niños'", relató. Un ex abogado de los misioneros, Edwin Coq, indicó que el policía ya ha testificado contando su versión de los hechos y que los fiscales que llevan el caso le interrogaron la semana pasada y está considerado como testigo en el caso. Los superiores del agente también han confirmado su versión.
Según Jorge Puello, un abogado dominicano que dice haber sido contratado para defender al grupo, éste tenía una autorización de República Dominicana para que los 33 niños atravesasen la frontera. Puello mostró a los medios de comunicación una carpeta que contenía, según afirmó, documentos que demuestran que así era. Sin embargo, las autoridades dominicanas mantienen que los misioneros no tenían ningún permiso.
Los estadounidenses argumentan que estaban intentando ayudar a los niños a llegar a un lugar seguro. Algunos de ellos han señalado que pensaban que estaban ayudando a huérfanos, pero sus intérpretes han manifestado esta semana que estaban presentes cuando algunas de estas personas hablaron con los padres de los menores.
Algunos padres de un pueblo de las afueras de Puerto Príncipe han explicado que entregaron voluntariamente a sus hijos a los estadounidenses porque éstos les habían prometido una vida mejor. Además, les habían dicho que iban a poder ver a los niños cuando quisieran.