LAGOS, 6 Mar. (DPA/EP) -
Un adolescente condenado a prisión por blasfemia en Nigeria ha sido puesto en libertad pero se ha visto obligado a esconderse tras recibir amenazas después de abandonar la prisión.
Omar Farouq, un niño de 13 años del estado nigeriano de Kano, fue condenado a 10 años de prisión por blasfemia tras ser juzgado por un tribunal islámico.
Posteriormente, una corte secular acabó anulando su condena, según ha explicado su abogado, Kola Alapinni, ya que Omar no tenía representación legal y debería haber sido juzgado en un tribunal de menores en lugar de uno de adultos.
Alapinni agregó que el juicio contravenía el estatus de Nigeria como parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.
Omar fue liberado el 25 de enero, pero teme ser perseguido por grupos extremistas, así que tanto él como su familia fueron evacuados a toda prisa de Kano por su seguridad, según su abogado. "No había otra opción que evacuarlo inmediatamente a él ya su familia porque todos estaban en riesgo", ha explicado.
Las primeras amenazas ocurrieron el 21 de enero después de que el Tribunal Superior de Kano ordenara su liberación de la prisión, cuando un grupo de personas que no estaban de acuerdo con el veredicto se dirigieron a la casa de Omar.
Una turba había atacado anteriormente a su madre después de su arresto, obligándola a huir a otra ciudad. La familia ahora vive en un alojamiento temporal en un lugar secreto.
El caso de Omar atrajo la atención internacional después de que Piotr Cywinski, director del Museo Estatal del antiguo campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, en Polonia, pidiera al presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, que le sacara de la cárcel.