Solo el 28 por ciento están estudiando mientras que el 97 por ciento se encargan de tareas domésticas
MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las adolescentes rohingya que buscaron refugio en Bangladesh solas o con sus familias huyendo de la violenta represión en Birmania se sienten silenciadas en un entorno en el que son particularmente vulnerables y en el que sus opiniones y deseos no se tienen en la mayoría de los casos en cuenta.
Ante esta circunstancia, y para conocer mejor cuál es su situación y qué necesidades específicas tienen las chicas de entre 10 y 19 años que se encuentran en los campos de refugiados en Bangladesh, Plan Internacional ha llevado a cabo una encuesta entre 300 de estas menores, cuyos resultados ha dado a conocer ante el primer aniversario del éxodo.
"Si las jóvenes y sus problemas permanecen invisibles para la comunidad internacional la respuesta humanitaria seguirá sin reconocer ni atender sus necesidades concretas", ha sostenido Emilia Sánchez, directora de Incidencia Política de Plan International.
El 75 por ciento de las adolescentes han contado que no pueden tomar decisiones sobre sus vidas y el 97 por ciento aseguran tener que encargarse de las tareas domésticas, entre ellas la recogida de agua.
La inseguridad es la principal preocupación de los padres, que en muchos de los casos impiden que sus hijas salgan solas, lo que las confina a quedar recluidas en las chozas, mientras que en otros las lleva a ser casadas de forma prematura, ante la creencia de que el matrimonio hará que estén más seguras.
"Mis padres me obligarán a casarme. No puedo hacer nada por evitarlo", ha contado a Plan una chica de 18 años, subrayando que en Birmania "no estaba permitido" pero ahora en el campo de refugiados sí.
Según la ONG, las niñas de todas las edades consultadas han expresado su deseo de poder continuar sus estudios, pero solo el 28 por ciento van a la escuela. "Quiero ir a la escuela, pero no puedo. Ojalá pudiera estudiar y emanciparme", afirma una adolescente de 14 años, ejemplo de la frustración entre las que no pueden continuar formándose con vistas a un futuro mejor.
ESPACIOS AMIGOS PARA LA INFANCIA
Frente a estas circunstancias, los Espacios Amigos para la Infancia de Plan International se han convertido en un lugar en el que conocer a otras jóvenes, aprender a defenderse y recibir apoyo.
Las niñas que se han visto separadas de sus familias o cuyos padres han sido asesinados se sienten particularmente vulnerables, ha subrayado la ONG. En los espacios seguros pueden hablar sobre aquello que les preocupa, especialmente sobre la violencia y los abusos que muchas han sufrido y encontrar apoyo.
Además, muchas de las chicas han optado por apoyarse entre sí. "Nos hacemos amigas de las chicas nuevas que llegan al campamento y compartimos con ellas la comida y la ropa que tenemos", cuenta Showkat Atu. "Hemos descubierto que juntas somos más fuertes y tenemos menos miedo", añade por su parte Mustakima.
"La amistad es vital en las crisis humanitarias", ha subrayado Plan, explicando que el estudio 'Adolescentes en Emergencias: Voces de Bangladesh' ha demostrado que las niñas en situaciones de emergencia con redes fuertes de apoyo, como su familia o sus amigos y amigas, hacen frente a su situación mucho mejor que las que no la tienen.
Al pasar tiempo con personas de su misma edad, que tienen sus mismos sueños e inquietudes, se construyen relaciones personales que hacen que las niñas se sientan más fuertes y seguras, ha resaltado. Este es el caso de Roshida, Sayeka y Afo Unosrr, amigas desde hace un año y que han creado un comité de bienvenida para las chicas nuevas que llegan al campamento. "Fueron muy amables conmigo y como yo no tenía comida compartieron conmigo la suya", recuerda Roshida.