La ayuda de World Vision permite que la población no tenga que desplazarse y abandonar sus hogares
MADRID, 17 Jun. (Por Blanca Ariño, Comunicación World Vision) -
La sequía, que comenzó en la temporada 2017-18 y que continúa a día de hoy, ha
provocado una situación muy grave en algunas comunidades de Afganistán. Miles de
personas han huido a la capital provincial, Qala-i-Naw, o más al oeste, a la ciudad de Herat, capital de la vecina provincia de Herat debido a la continua escasez de lluvias.
Habib, que vive en Takab-Esmai, dice que todos los pozos poco profundos de su aldea se secaron por completo hace tiempo. Ninguna de las fuentes originales producía ya agua. Afortunadamente, él había cavado un pozo más profundo en su jardín antes de que
comenzara la sequía y decidió ofrecer la posibilidad a las mujeres y los niños de su
comunidad de acudir para recoger agua para sus familias. "Abrí la puerta de mi jardín a los aldeanos de 8 de la mañana a 5 de la tarde para que pudieran recoger agua gratis", cuenta.
Las fuentes secundarias de agua de la comunidad son manantiales en la cima de las
montañas que también se secaron, lo que obligó a la mayoría de las mujeres y los niños a viajar, una media de seis horas, para pedir agua a las aldeas vecinas sin la seguridad de que estuviera en buen estado.
En la provincia de Badghis se llevó a cabo una evaluación de las necesidades en
relación al agua y se encontró que el 91 por ciento de los hogares había experimentado diarrea o problemas estomacales en las últimas semanas, debido al mal estado del agua.
La falta de disponibilidad local y acceso a agua limpia ha exacerbado la ya grave situación de seguridad alimentaria y esto ha hecho aumentar las tasas de desnutrición aguda, excediendo el umbral de emergencia.
La ONG World Vision ha respondido a esta situación con una innovadora solución a través de la construcción de redes de agua potable mediante energía solar en las aldeas de Takab-Esmail y Shurab, en la provincia de Badghis. Ambas redes están equipadas con bombas sumergibles de energía solar capaces de acceder al agua a profundidades de hasta 90 metros.
Hoy Habib, de 40 años, abre la puerta de su jardín para mostrar dos paneles solares negros que se asientan en el suelo bajo una amplia extensión del cielo. Estos paneles convierten los rayos del sol en energía para extraer agua potable del suelo. La bomba solar está ayudando a las 426 familias de Takab-Esmail a sobrellevar la sequía que ya ha obligado a tantos afganos a abandonar sus hogares.
MEJOR ACCESO A AGUA
La nueva infraestructura hídrica ha aumentado el acceso de la comunidad al agua potable ya que una extensa red de grifos pone el agua limpia al alcance de todas las familias y hogares. Habib afirma que "más personas en el pueblo se habrían marchado si no estuviéramos recibiendo agua durante la sequía".
El acceso al agua potable durante este período tan desafiante está logrando mantener a las familias en sus hogares lo que, además, ayuda a reducir el número de personas que viven en los campamentos de desplazados internos.
Habib muestra su satisfacción cuando mira a las placas solares de su jardín: "Este sistema es nuestro ahora", dice, sonriendo de oreja a oreja, "y todos en el pueblo se preocupan de cuidarlo".