NUEVA YORK 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha manifestado que está "profundamente apenado" por la muerte de 16 civiles afganos tiroteados en la provincia de Kandahar por al menos un soldado estadounidense que ya se ha entregado.
"Quiero trasladar mis condolencias a las familias y seres queridos de quienes han perdido la vida y al pueblo de Afganistán, que ha soportado tanta violencia y sufrimiento", señala Obama en un comunicado oficial.
"Este incidente es trágico e impactante. No es representativo del carácter excepcional de nuestras fuerzas armadas ni del respeto que tiene Estados Unidos por el pueblo de Afganistán", continúa.
Obama ha aprovechado para manifestar su respaldo absoluto al compromiso expresado por el secretario de Defensa, Leon Panetta, y por el comandante de las fuerzas aliadas en Afganistán, el general John Allen, "para que se esclarezcan los hechos lo más pronto posible y que rinda cuentas quienquiera que sea responsable".
Un portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, aseguraba que están "muy preocupados" por los datos que iban llegando sobre este incidente y que estaban "observando atentamente la situación".
Al parecer, un solo militar estadounidense salió de noche de su base de Zangabad y se dirigió al cercano pueblo de Panjwai, donde entró en varias casas de civiles y masacró a sus integrantes.
Otra versión, proporcionada por los residentes afganos que atestiguaron el ataque, señala como autores de la masacre a un grupo de "soldados estadounidenses borrachos" que, tras acribillar a las víctimas, incineraron posteriormente sus cuerpos para hacer desaparecer las señales del delito.