AGADEZ (NÍGER), 31 (Reuters/EP)
Hace menos de un año, Agadez, una ciudad de Níger a las puertas del Sáhara, era uno de los puntos clave de aquellos que querían viajar a Europa en busca de un futuro mejor, pero eso fue antes de que el Gobierno nigerino junto con la Unión Europea financiara una campaña contra el tráfico de inmigrantes.
"Hemos visto caer los números de forma dramática desde agosto", ha asegurado la jefa de la misión de la Organización Internacional para la Migración, Marina Schramm, que controla los flujos migratorios en dos puntos de la región de Agadez.
Algunos expertos consideran que la situación de Agadez es una señal del gran avance en la lucha contra la crisis migratoria. Otros han pedido precaución, ya que piensan que los contrabandistas pueden estar actuando más clandestinamente. De todas maneras, el impacto inmediato sobre la ciudad ha sido dramático.
La Unión Europea ha asegurado que sólo 1.500 inmigrantes han cruzado Níger en noviembre de 2016, una cifra muy por debajo de los 70.000 registrados en mayo del mismo año, justificando el cambio por una nueva estrategia que llevó a cabo con Níger. En noviembre las autoridades se incautaron a 95 vehículos y detuvieron a 102 contrabandistas.
A finales de 2015, la Unión Europea realizó una inversión de 1.880 millones de euros destinados a abordar la migración en las regiones de Sahel y el Lago Chad, el Cuerno de África y el Norte de África. En 2016, la UE añadió 500.000 euros y estableció relaciones con Níger, Etiopía, Senegal, Malí y Nigeria, financiando varios programas de seguridad y gestión de fronteras y de creación de empleo.
A pesar de estos resultados, la Unión Europea reconoció en diciembre de 2016 que la reducción del tráfico de inmigrantes en Níger aún no había dado lugar a la reducción global de llegadas en Europa.
Más de 181.000 inmigrantes cruzaron el mar Mediterráneo desde Libia hasta Italia en 2016, más que en cualquier otro año de la historia, aunque muchos probablemente llegaron a Libia antes de que comenzara la campaña en Níger.
Según Peter Tinti, un investigador de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, el contrabando podría haber pasado a ser más clandestino. Reforzar la seguridad a menudo permite que los contrabandistas cobren cargos adicionales a los inmigrantes y les empujan a tomar rutas más arriesgadas, según Tinti.
"Si no se llevan a cabo de la forma correcta, las políticas anticontrabando pueden aumentar los beneficios de los contrabandistas y reducir la seguridad de los inmigrantes", ha asegurado Tinti a Reuters.
En Agadez, el impacto inmediato del plan de la UE ha llevado a la quiebra económica. Las calles que estaban llenas de cambiadores de dinero, vendedores de teléfonos y mecánicos de automóviles están ahora vacías. Las instalaciones en las que los contrabandistas albergaban a cientos de inmigrantes, también están vacías.