MANILA 31 Ene. (Reuters/EP) -
La Agencia Antidrogas de Filipinas asumirá el liderazgo de las operaciones realizadas en el marco de la denominada 'guerra contra la droga' tras la decisión del mandatario del país, Rodrigo Duterte, de retirar a la Policía Nacional de Filipinas de estas funciones.
Más de 7.600 personas, en su mayoría consumidores de drogas y traficantes a pequeña escala, han muerto desde que Duterte inició su mandato en junio de 2016. Cerca de 2.550 de esas muertes se registraron en operaciones policiales y el resto fueron consecuencia de acciones de hombres armados u homicidios no resueltos.
Las emisoras de radio local han indicado que no ha habido informes sobre muertes en la noche del lunes al martes, algo poco frecuente desde que comenzó la guerra contra el tráfico de drogas. La Policía no ha confirmado si ha habido o no muertos en las operaciones de tráfico de drogas de este lunes.
El lunes, el jefe de la Policía Nacional de Filipinas anunció una suspensión temporal de las operaciones antidrogas por los casos de corrupción y abusos registrados en las últimas fechas en esta fuerza de seguridad.
Este martes, Ernesto Abella, el portavoz del presidente Duterte, ha anunciado que a partir de ahora será la Agencia Antidrogas la que se encargará de la campaña contra el narcotráfico. Hasta este lunes, las operaciones contra el tráfico y el consumo de drogas habían sido desarrolladas por la Policía y su actuación causó la alarma a nivel internacional por el elevado número de muertes provocadas y por las circunstancias en que se registraban.
Abella ha dicho que el presidente filipino era totalmente consciente de la corrupción que existe en la Policía cuando le encargó que liderara la lucha contra el tráfico de drogas pero ha asegurado que lo hizo porque no tenía otra opción habida cuenta del problema que hay con el consumo de drogas en el país.
"El presidente tenía que actuar y actuó para imponer su voluntad política y hemos visto de verdad que hay corrupción en el seno de la Policía", ha afirmado Abella, en una rueda de prensa. "Para evitar cualquiera de las actividades corruptas en el marco de la organización, ahora él ha transferido el control a la Agencia Antidrogas de Filipinas", ha señalado.
Por su parte, el congresista Edcel Lagman ha asegurado que la decisión de dejar a un lado a la Policía Nacional de Filipinas ha sido "una bendición" y ha destacado que ya era hora de actuar con firmeza con esta fuerza de seguridad.
"Por primera vez en seis meses no hay informes hoy sobre muertes relacionadas con las drogas", ha destacado Lagman, en un comunicado. "No debería haber más guante de seda con los malvados policías que merecen un puño de hierro", ha añadido.
En claro cambio de postura tras su continuo apoyo a la labor policial, el presidente filipino arremetió el domingo contra la Policía Nacional por haber secuestrado y matado a empresario surcoreano llamado Jee Ick Joo en un cuartel policial. Horas después, el mandatario anunció que la Policía dejaría de encargarse de la guerra contra la droga.
Desde que comenzó la guerra contra la droga hace siete meses, la Policía ha matado a 2.555 personas supuestamente implicadas en el tráfico y el consumo de metanfitamina. La Policía sostiene que los policías mataron a esas personas en defensa propia y que el resto de las muertes fueron causadas por hombres armados o se trata de homicidios no resueltos.
Mandos policiales consultados por Reuters han indicado que no se ha recibido ninguna directiva con la suspensión de operaciones y que están siguiendo la orden que el jefe de la Policía en unas declaraciones televisadas. "Es bueno como orden", ha indicado el superintendente de la Policía del distrito norte de Manila Roberto Fajardo. "Ahora nos centramos en otros delitos. Eso es mejor para nosotros, que combatimos todos los delitos", ha añadido.