ROMA, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -
El agresor del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, pidió perdón este lunes a 'Il Cavaliere' por la "cobarde" acción de lanzarle una réplica de la catedral de Milán tras un mitin político, lo que mantiene al jefe del Ejecutivo ingresado en un hospital desde el pasado domingo por la tarde.
El único detenido por esta agresión, Massimo Tartaglia, de 42 años y bajo tratamiento psiquiátrico desde hace diez años, pidió disculpas por un acto que considera "superficial, cobarde y temerario", tal y como transmitieron sus abogados Daniela Insalaco y Gian Marco Rubino.
Asimismo, Tartaglia alegó que actúo "sólo" y afirmó que no es "el asesino de nadie", según informaciones de los medios locales recogidas por Europa Press. Los abogados aclararon que su cliente no milita ni tiene afiliación política con algún partido en concreto. Sin embargo, ante las autoridades Tartaglia habría confesado que agredió a Berlusconi por el "odio" que siente hacia su política y por las palabras pronunciadas durante su último discurso.
Dos de las personas que se encontraban en la multitud que rodeaba a Berlusconi a su salida del mitin relataron a la prensa que trataron de advertir al personal de seguridad de los supuestos planes de Tartaglia, después de ver lo agitado que estaba y de escuchar cómo amenazaba con arrojarle un objeto al primer ministro italiano. No obstante, el policía con el que hablaron habría restado importancia a esta denuncia, lo que ha llevado a las autoridades a intentar localizar al agente para preguntarle por su versión de los hechos.