MADRID 4 Jul. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional (AI) ha advertido de que las continuas atrocidades en Sudán del Sur han convertido la región fértil de Ecuatoria, el granero del país, en un "campo de la muerte".
Un nuevo frente del conflicto de Sudán del Sur obligó en 2016 el desplazamiento masivo de cerca de un millón de personas de la región de Ecuatoria, muchas de las cuales huyeron a Uganda, lo que dio lugar a continuos abusos y violaciones graves de los Derechos Humanos, según ha informado la ONG.
"La escalada de los combates en la región de Ecuatoria ha tenido como consecuencia una mayor brutalidad contra la población civil. Hombres, mujeres y niños han sido tiroteados, muertos a machetazos y quemados vivos en sus casas. Mujeres y niñas han sido violadas en grupo y secuestradas", ha señalado la asesora general sobre respuesta a las crisis de AI, Donatella Rovera.
"Casas, escuelas, instalaciones médicas y recintos de organizaciones humanitarias han sido saqueados, destruidos y reducidos a cenizas. La comida se está utilizando como arma de guerra. Estas atrocidades son continuas y cientos de miles de personas que hace apenas un año no estaban prácticamente afectadas por el conflicto, están ahora desplazadas por la fuerza", ha añadido Rovera.
Según la organización, los ataques a las aldeas por parte de las fuerzas gubernamentales se producen a menudo como venganza por las actividades de las fuerzas de la oposición en la región.
En uno de estos ataques, soldados del Gobierno detuvieron en mayo a 11 hombres de forma arbitraria en la aldea de Kudupi, cerca de la frontera con Uganda. Ocho de ellos fueron encerrados en una cabaña y los soldados la incendiaron y dispararon varias veces a la estructura en llamas, según han asegurado cuatro de los supervivientes a AI.
Los combatientes de la oposición armada también han matado de manera deliberada a la población civil, a menudo simplemente por ser personas de etnia dinka acusadas de simpatizar con el Gobierno.
Amnistía Internacional ha documentado que, desde que los combates se intensificaron en 2016, el número de secuestros y violaciones a mujeres y niñas se ha intensificado en gran medida en la región de Ecuatoria.
"Para las mujeres y las niñas la única manera de estar seguras es estar muertas; mientras estemos vivas no hay ninguna manera de estar a salvo, así de mal están las cosas", ha señalado Mary, una madre de cinco hijos, de 23 años.
LA COMIDA COMO ARMA DE GUERRA
El acceso de la población civil a la comida es muy limitado, ya que tanto las fuerzas gubernamentales como la oposición han cortado el suministro de alimentos en algunas zonas, robado comida de los mercados y las casas y atacado a los civiles que transportaban la más mínima cantidad de comida. Ambos bandos acusan a la población de alimentar o ser alimentados por el enemigo, según AI.
"Una tragedia cruel de esta guerra es que el granero de Sudán del Sur, una región que hace un año podía alimentar a millones de personas, se ha convertido en traicioneros campos de la muerte que han obligado a cerca de un millón de personas a huir en busca de seguridad", ha señalado la asesora general sobre respuesta a las crisis de Amnistía Internacional, Joanne Mariner.
Mariner ha señalado que todas las partes del conflicto deben controlar a sus combatientes y cesar los ataques a la población civil, "protegida por las leyes de la guerra".
"Los responsables de las atrocidades de todos los bandos deben responder ante la justicia. Mientras tanto, el personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas debe cumplir su mandato de proteger a la población civil de esta agresión permanente", ha asegurado Mariner.