MADRID 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
La ONG Amnistía Internacional (AI) ha condenado este lunes la ejecución de 36 hombres el pasado domingo en una prisión del sur de Irak, acusados de haber asesinado a más de 1.700 soldados chiíes en la base militar Speicher porque el proceso judicial no ha sido justo y muchas de las confesiones de los ejecutados fueron obtenidas bajo tortura.
La organización humanitaria ha advertido del alarmante aumento del uso de la pena de muerte por parte de las autoridades iraquíes, que ha surgido como respuesta a la grave amenaza de seguridad que supone el Estado Islámico en el país.
AI ha señalado que el abuso de la fuerza y de la pena de muerte no solucionará los problemas de seguridad de Irak. "Tratar de luchar contra los desafíos de seguridad en Irak con ejecuciones es una postura totalmente equivocada", ha declarado la directora adjunta de Investigación de Amnistía Internacional para la Oficina Regional de Oriente Próximo y Norte de África, Lynn Maalouf.
Los acusados, supuestos milicianos yihadistas, fueron declarados culpables de la muerte de más de 1.700 soldados y cadetes de la base militar Speicher, en su mayoría chiíes. Los militares fueron asesinados después de huir de Speicher, una antigua base estadounidense pocos kilómetros al norte de la ciudad natal de Saddam Hussein, Tikrit. En el momento de la masacre, Tikrit estaba bajo el control del Estado Islámico.
El Ejército iraquí, con el apoyo aéreo de Estados Unidos y la colaboración de milicias chiíes, avaladas por Irán, lograron capturar la zona el año pasado.
"Uno de los hombres ejecutados supuestamente confesó haber matado a unos 60 cadetes en la base Speicher después de ser amenazado con que su mujer y sus hermanas serían violadas. Fue golpeado con cables y se le propinaron numerosas descargas eléctricas", ha señalado AI. A pesar de que el hombre se retractó de su confesión en el juicio, el testimonio que dio mientras era torturado fue utilizado por la Fiscalía para acusarle.
"Ejecutar a hombres que han sido forzados a confesar bajo tortura y no darles ninguna oportunidad de defenderse a sí mismos no es Justicia", ha añadido Maalouf.
El Gobierno iraquí ha estado siendo presionado por el sector político chií para ejecutar a supuestos milicianos yihadistas, después de que tuviera lugar un grave atentado terrorista el pasado 3 de julio, en el que perdieron la vida unas 324 personas.
Pocos días después del ataque, que fue reivindicado por el Estado Islámico y tuvo lugar en uno de los distritos comerciales más populares de Bagdad, el Ministerio de Justicia anunció la ejecución de siete personas. También informó de que alrededor de 3.000 milicianos se encuentran en el corredor de la muerte a la espera de ser ejecutados.
De acuerdo con los datos de AI, en lo que va de año 81 personas han sido ejecutadas en Irak, y unas 123 han sido sentenciadas a muerte. La organización humanitaria ha exigido al Gobierno iraquí que cese las ejecuciones y que establezca juicios "transparentes y justos" para todos los acusados de estar implicados en la masacre de Speicher y otros atentados.