Un refugiado afgano en un campamento cerca de Atenas
ALKIS KONSTANTINIDIS/REUTERS
Actualizado: jueves, 5 octubre 2017 7:39


MADRID, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -

La organización no gubernamental Amnistía Internacional (AI) ha denunciado este jueves que los gobiernos europeos han puesto en situación de riesgo a miles de personas al devolverlas a Afganistán, recalcando que corren peligro de sufrir torturas, secuestros, asesinatos y otros abusos graves contra los Derechos Humanos.

En su informe 'Forzados de vuelta al peligro: solicitantes de asilo devueltos de Europa a Afganistán', la ONG resalta que en un momento en el que Afganistán registra el mayor número de víctimas civiles de la historia, los gobiernos europeos devuelven a un número cada vez mayor de solicitantes de asilo al país centroasiático, recalcando que ello contraviene el Derecho Internacional.

El documento detalla casos de afganos devueltos al país desde Alemania, Países Bajos, Noruega y Suecia que posteriormente han muerto o han resultado heridos en ataques con bomba o que viven con miedo a ser perseguidos por su orientación sexual o su conversión al cristianismo.

"Decididos a aumentar el número de expulsiones, los gobiernos europeos están aplicando una política irresponsable e ilegal. Cerrando los ojos voluntariamente ante el hecho de que la violencia está en niveles sin precedentes y no hay un solo lugar seguro en Afganistán, están exponiendo a personas a la tortura, el secuestro, el homicidio y otros horrores", ha dicho Anna Shea, investigadora de AI sobre los derechos de las personas refugiadas y migrantes.

La organización ha destacado que entre los devueltos desde Europa hay menores no acompañados y adultos que eran menores cuando llegaron a Europa. Asimismo, algunos entrevistados han dicho que fueron enviados a zonas de Afganistán que no conocían.

"Estas devoluciones son una violación manifiesta del Derecho Internacional y deben cesar de inmediato. Los mismos países europeos que un día se comprometieron a arrimar el hombro para procurar un futuro mejor a los afganos ahora pisotean sus esperanzas y los abandonan a su suerte en un país que se ha vuelto más peligroso si cabe que cuando se fueron", ha afirmado Horia Mosadiq, investigadora de AI sobre Afganistán.

AI ha recordado que, según datos de la Unión Europea (UE), entre 2015 y 2016 prácticamente se triplicó el número de afganos que fueron devueltos al país, pasando de 3.290 a 9.460, coincidiendo con un descenso drástico del número de solicitudes de asilo aceptadas, que pasó del 68 por ciento en septiembre de 2015 al 33 por ciento en diciembre de 2016.

Esto coincide además con un aumento de víctimas civiles en el país, según datos de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA). Según los mismos, en 2016 murieron o resultaron heridos 11.418 civiles, mientras que en el primer semestre de 2017 murieron o resultaron heridas 5.243 civiles.

AI ha indicado que los gobiernos europeos son conocedores de la situación, recordando el acuerdo 'Joint Way Forward' de la UE, destinado a devolver a solicitantes de asilo afganos.

En el mismo, se reconocía "el empeoramiento de la situación de seguridad y los peligros que se ciernen sobre la población" en Afganistán, así como los "índices sin precedentes de atentados terroristas y víctimas civiles". Sin embargo, se reflejaba que "podría haber necesidad de devolver a más de 80.000 personas en un futuro próximo".

ENTREVISTAS A AFECTADOS

Familias entrevistas por AI han relatado que habían perdido a series queridos, sobrevivido a atentados y vivían con miedo en el país después de ser devueltos a Afganistán desde países europeos.

Entre las entrevistadas figura Sadeqa, quien huyó de Afganistán con su familia en 2015 después de que su esposo fuera secuestrado, golpeado y liberado tras el pago de un rescate. Las autoridades noruegas rechazaron su solicitud de asilo y les dieron a elegir entre su expulsión y su detención hasta entonces o aceptar 10.700 euros para regresar "voluntariamente".

A su vuelta al país el esposo de Sadeqa fue secuestrado nuevamente, tras lo que apareció su cadáver.

Otro caso es el de la familia Farhadi, también devuelta desde Noruega en octubre de 2016. Un mes después, sobrevivieron al atentado perpetrado por el grupo yihadista Estado Islámico contra la mezquita de Baqir-ul-Ulum de Kabul, en el que murieron 27 personas.

AI ha recogido también la historia de Farid, quien huyó a Irán con su familia cuando era un niño, desde donde viajó a Noruega y se convirtió al cristianismo. En mayo de este año ha sido expulsado a Kabul.

"Tengo miedo. No sé nada de Afganistán. ¿Adónde voy a ir? No tengo dinero para valerme solo y no puedo vivir con familiares porque se darían cuenta de que no rezo", ha dicho Farid.

Por último, la ONG ha citado el caso de Azad, criado en Irán y quien huyó a Países Bajos junto a su hermano. Países Bajos le devolvió a Afganistán en mayo de 2017, donde teme que su orientación sexual sea descubierta.

"Aquí intento ser un hombre. Me estoy volviendo loco. Paso mucho miedo por la noche; estoy aterrorizado", ha manifestado Azad, quien intentó suicidarse antes de su deportación al país centroasiático.

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