Denuncia el "silencio" de las autoridades de la Unión Europea y que el Gobierno croata no investigue las denuncias de abusos
MADRID, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional ha denunciado en un informe publicado este jueves que agentes de la Policía de Croacia ataron, agredieron, torturaron y humillaron a 16 migrantes afganos y paquistaníes que entraron en el país cruzando la frontera desde Bosnia y Herzegovina a finales de mayo.
En su escrito, la organización no gubernamental ha relatado que los policías "ataron" a los migrantes, los "agredieron brutalmente" y los "torturaron" antes de "echarles comida en sus cabezas llenas de sangre para humillarles".
Amnistía ha hablado con seis de los 16 solicitantes de asilo paquistaníes y afganos que fueron capturados por la Policía croata en la noche del 26 al 27 de mayo cerca del lago Plivitce y que sufrieron agresiones, torturas y vejaciones.
Los migrantes han contado que fueron capturados por entre ocho y diez personas "que vestían uniformes negros y pasamontañas idénticos a los de las Fuerzas Especiales croatas" y que esos individuos "realizaron disparos al aire", les golpearon "repetidamente" cuando estaban inmovizalizados con "barras de hierro, porras y con las culatas de las pistolas".
"Entonces les echaron en las cabezas llenas de sangre y en los pantalones ketchup, mayonesa y azúcar que encontraron en una de las mochilas de los migrantes", ha explicado AI, que ha hablado con los médicos que atendieron a los migrantes y con personal de las ONG que les ayudaron y que vieron las heridas que sufrieron.
Amnistía ha hecho hincapié en que la Unión Europea "no puede permanecer callada e ignorar voluntariamente la violencia y los abusos de la Policía en sus fronteras exteriores". "Su silencio está permitiendo e incluso alentando a los autores de estos abusos para que sigan así sin que haya consecuencias. La Comisión Europea debe investigar las últimas denuncias sobre la horrible violencia policial contra migrantes y solicitantes de asilo", ha recalcado el subdirector para la Oficina Europea de AI, Massimo Moratti.
"ESTÁBAMOS ATADOS, INMOVILIZADOS Y HUMILLADOS"
Amir, un migrante de Pakistán, ha contado que pidieron a los agresores que pararan y que tuvieran "compasión". "Estábamos ya atados, inmovilizados y humillados. No había razón para continuar pegándonos y torturándonos", ha señalado.
Tras dejar claro que los hombres armados no les hicieron caso y siguieron pegándoles, ha contado que les hicieron fotos con sus móviles y que estaban "bailando y riéndose". Amir sufrió una fractura en el brazo, en la nariz, tiene marcas en la parte posterior del cráneo y moratones en la cara y en los brazos. Esa noche, diez migrantes sufrieron graves heridas por las agresiones de los hombres armados.
Tariq, de 30 años de edad y que tiene cortes y moratones en la cabeza, un brazo en cabestrillo y un intenso dolor en el pecho, ha señalado que los agresores no les dejaron hablar cuando les capturaron y que comenzaron a pegarles.
"Simplemente empezaron a golpearnos. Cuando estaba tirado en el suelo, me golpearon en la cabeza con la culata de una pistola y empecé a sangrar. Intenté proteger mi cabeza de los golpes pero empezaron a darme en los brazos con barras de hierro. Estuve desmayándome continuamente el resto de la noche", ha asegurado Tariq, que ahora tiene que usar una silla de ruedas para moverse y que tardará meses en recuperarse.
Los migrantes han contado a Amnistía que se sintieron humillados porque los agresores les echaron ketchup y mayonesa en sus cabezas y caras, que tenían llenas de sangre.
EXPULSADOS Y OBLIGADOS A VOLVER A PIE SIN ATENCIÓN MÉDICA
Según el relato de la ONG, "tras casi cinco horas de continuos abusos", los migrantes fueron entregados a la Policía de Fronteras de Croacia, que los llevó a la frontera con Bosnia y Herzegovina y les ordenó que se marcharan a pie de vuelta al país vecino.
"Se quedaron de piedra por nuestro estado. Estábamos empapados en sangre y muy conmocionados. Apenas podíamos permanecer de pie y mucho menos andar durante horas hacia Bosnia pero nos dijeron que nos fuéramos. Nos dijeron que lleváramos a los que no podían andar y que nos fuéramos", ha contado Faisal.
Un médico de emergencias que trató a los afganos y paquistaníes en la clínica del centro de desplazados de Velika Kladusa ha dicho que todos los migrantes tenían heridas en la espalda y en la cabeza susceptibles de haber sido causadas con objetos contundentes. La mayoría tenían múltiples fracturas, lesiones en articulaciones, pulmones dañados, cortes y moratones. Su recuperación se prolongará durante meses.
Amnistía ha denunciado que este incidente denota que la Policía de Croata ha alcanzado "un nuevo nivel de brutalidad y abusos".
Un médico de la clínica de Velika Kladusa ha asegurado a la ONG que cerca del 60 por ciento de migrantes y refugiados que necesitan atención médica denuncia que sus heridas fueron causadas por la Policía croata cuando intentaron cruzar la frontera.
"Muchas lesiones incluyen fracturas de huesos largos y articulaciones. Estos huesos ya no puede curarse y sus fracturas dejan a los pacientes incapacitados por largos periodos de tiempo. Parece ser una estrategia deliberada para causar heridas y traumas que lleve tiempo curar y que provoquen que las personas sean más reacias a intentar cruzar la frontera de nuevo", ha asegurado el facultativo.
La ONG ha dicho que el Ministerio del Interior croata se ha negado desde hace tiempo a realizar investigaciones sobre los abusos policiales denunciados y a que sus responsables rindan cuentas. "En un clima de impunidad generalizada, las devoluciones ilegales y violencia en la frontera solo han aumentado. Amnistía Internacional ha compartido los detalles de este incidente con el Ministerio del Interior pero no ha recibido una respuesta oficial", ha denunciado.
Desde julio de 2018, AI ha entrevistado a más de 160 personas que ha sido expulsadas o devueltas a Bosnia y Herzegovina. Cerca de un tercio de los consultados han denunciado que fueron agredidos, les robaron sus documentos y móviles y padecieron abusos verbales, en lo que AI ha definido como una "política deliberada para impedir futuros intentos de entrar en el país".