MADRID 8 May. (EUROPA PRESS) -
La ONG Amnistía Internacional (AI) ha pedido este martes investigar como crímenes de guerra la muerte de al menos 23 civiles, incluidos 14 niños, en operaciones militares llevadas a cabo en marzo de este año por parte del Ejército de Somalia con drones turcos.
"Los gobiernos somalí y turco deben investigar estos mortíferos ataques como crímenes de guerra y poner fin a los ataques imprudentes contra civiles. (...) Estas horribles muertes no deben pasarse por alto. Los devastados supervivientes y sus familias merecen verdad, justicia y reparación", ha declarado el director regional de AI para África Oriental y Meridional, Tigere Chagutah.
La ONG ha entrevistado a 16 personas, incluidas víctimas, familiares de estas y testigos presenciales, revisaron imágenes satelitales, informes médicos, fotografías, fragmentos de armas y vídeos geolocalizados de la escena de las operaciones, lo que ha llevado a confirmar que el ataque se llevó a cabo con bombas deslizantes MAM-L, que se lanzan desde drones TB-2, todo ello fabricado por Turquía.
Este tipo de armamento, apunta AI en un comunicado, no diferencian entre objetivos militares y lugares civiles, por lo que "son indiscriminados y pueden constituir crímenes de guerra". Por esto, la ONG ha pedido a Mogadiscio y a Ankara detalles sobre la operación, incluyendo información sobre qué fuerzas controlaban el dron en el momento de los ataques, pero los Gobiernos no han respondido.
AI desconoce si el Ejército somalí o el turco tenían el control del dron en el momento del ataque, ya que mientras que una fuente somalí ha dicho que la Inteligencia del país dirige estos objetos durante operaciones de combate contra el grupo terrorista Al Shabaab, Turquía ha afirmado anteriormente que opera los propios drones "en la lucha contra el terrorismo".
En 2022, el entonces ministro del Interior de Somalia y actual jefe de la diplomacia del país, Ahmed Malim Fiqi, afirmó que las fuerzas turcas operan los drones y los comandantes somalíes proporcionan los objetivos. En los últimos años, Turquía ha proporcionado equipo y apoyo militar a Somalia.
Los ataques, que tuvieron lugar el 18 de marzo, dejó un balance de 23 muertos (14 niños, cinco mujeres y cuatro hombres) y 17 heridos (once niños, dos mujeres y cuatro hombres) en un bombardeo en una zona rural cercana a la localidad de Bagdad, situada al oeste de la capital de Somalia, Mogadiscio, después de intensos combates entre el Ejército y Al Shabaab.
Un testigo entrevistado por AI ha relatado que supuestos terroristas estuvieron en Bagdad durante los enfrentamientos, cuando un ataque inicial con drones alcanzó una mezquita, lo que provocó la huida de civiles hacia la zona rural de Jaffey en busca de refugio. Allí se produjeron al menos dos ataques con aproximadamente 30 minutos de diferencia, el segundo de ellos coincidió con la llegada de residentes de aldeas vecinas que se habían trasladado para rescatar a supervivientes.
Al día siguiente, el Gobierno somalí emitió un comunicado a través del Ministerio de Información en el que afirmaba que las Fuerzas Armadas y "socios internacionales" habían matado a cerca de 40 presuntos miembros de Al Shabaab en Afgoye, incluidos 15 en Bagdad, sin pronunciarse sobre las denuncias de muertes de civiles.
Somalia ha incrementado en los últimos meses las ofensivas contra Al Shabaab con apoyo de clanes y milicias locales como parte de una serie de decisiones adoptadas por el presidente, Hasán Sheij Mohamud, quien prometió al asumir el cargo poner la lucha antiterrorista en el centro de sus esfuerzos para estabilizar el país africano.