MADRID 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional (AI) ha urgido este viernes a las autoridades de la ciudad de Lagos a que proporcionen alojamiento alternativo a las más de 30.000 personas que se han quedado sin hogar como consecuencia de las demoliciones por parte de la Policía de cientos de hogares en el suburbio de Otodo Ggame.
A primera hora de la mañana del miércoles se comenzaron a registrar varios incendios simultáneos de viviendas en Otodo Ggame, todos ellos provocados. De acuerdo con varios testigos oculares que ha citado AI en el informe presentado este viernes, los agentes de Policía que había en la zona vieron lo que ocurría y no hicieron nada por parar el fuego o detener a los responsables.
Una vez se extinguió el fuego, acudieron a la zona varias unidades de Policía y un equipo de demolición con una excavadora a altas horas de la noche. Los testigos alegan que varios agentes comenzaron a incendiar gran cantidad de casas forzando a cientos de personas a dejar sus hogares en medio de la noche.
"Miles de habitantes de Otodo Gbame han tenido que observar con horror cómo sus casas y sus posesiones eran destruidas en medio de la noche, y cómo acababan con sus futuros de un golpe", ha declarado uno de los investigadores de AI en Nigeria, Morayo Adebayo. El Gobierno nigeriano lleva años queriendo demoler los asentamientos ilegales que hay en los diferentes muelles que hay en Lekki, en los que viven miles de personas.
No obstante, el pasado lunes los residentes consiguieron una orden contra la demolición de la comunidad de Otodo Gbame que el estado de Lagos llevaba planeando desde hacia semanas. AI acusa a las autoridades de Lagos de haber llevado a cabo la demolición de manera ilegítima, lo que supone una grave violación de los Derechos Humanos.
"Urgimos al Gobierno nigeriano a que establezca de forma inmediata una comisión de investigación para estudiar los incidentes que tuvieron lugar esta semana en Otodo Gbame", ha añadido Adebayo.
"TUVIMOS QUE CORRER POR NUESTRA VIDA"
AI ha hablado con siete testigos que han presenciado lo ocurrido en la comunidad en los últimos días. De acuerdo con sus testimonios, todo comenzó el pasado 7 de noviembre con una "refriega" entre un grupo de jóvenes de Otodo Gbame y otro grupo juvenil de una comunidad vecina. Los enfrentamientos se repitieron y acabaron escalando en la quema de varias viviendas durante la mañana del miércoles. Fue entonces cuando intervino la Policía local, para supuestamente "restaurar la calma".
"La Policía estaba disparando al aire, aquello era una montaña rusa, así que tuvimos que correr por nuestra vida. No nos dejaron recoger nuestras pertenencias, todo ha acabado quemado", ha contado uno de los residentes de la comunidad. El mismo testigo, un hombre de 39 años, ha contado a los investigadores de AI que vio cómo la gente se lanzaba al agua para no quemarse, entre ellos centenares de niños que no sabían nadar.
El 9 de noviembre a última hora de la tarde, aproximadamente un tercio del suburbio había sido destruido por las llamas. Horas después, muy cerca de la media noche, la Policía local volvió a la zona y comenzó a derribar las casas que no se habían caído a causa del fuego. De acuerdo con los testigos, también comenzaron a quemar muchas viviendas que no habían resultado dañadas, expulsando a sus habitantes.
El pasado mes de octubre, las autoridades estatales de Lagos anunciaron su intención de demoler todas las infraestructuras y comunidades ilegales que hay a lo largo de su costa, donde viven millones de personas. Las autoridades alegan que estos asentamientos suponen una amenaza para la seguridad de la región.
"La oleada de desahucios masivos que están llevando a cabo las autoridades en las comunidades de los muelles de Lagos está destrozando vidas. Hacemos un llamamiento a las autoridades estatales para que detengan estas demoliciones y proporcionen viviendas alternativas a todos los que han dejado sin casa", ha concluido Adebayo.