MADRID, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las personas con albinismo de las zonas rurales de Tanzania continúan viviendo en una "situación muy frágil" y siguen sometidos a la violencia por la creencia de que algunas partes de su cuerpo sirven para hacer brujería, según ha declarado la experta independiente de Naciones Unidas, Ikponwosa Ero.
"Las causas de los ataques contra las personas con albinismo continúan impunes y los efectos de más de una década de violaciones siguen haciendo mella", ha declarado Ero, tras una visita de doce días a Tanzania a solicitud del Consejo de Derechos Humanos.
En muchas zonas de África se mantiene la creencia de que algunas partes del cuerpo de las personas con albinismo tienen poder mágico y son comunes las amputaciones de extremidades y órganos.
La experta independiente ha señalado una "disminución en el número de ataques denunciados" por los esfuerzos para "abordar las prácticas de brujería" con medidas como "el registro de los curanderos tradicionales".
Sin embargo, el trabajo de concienciación no es definitivo y todavía existe "confusión entre la práctica de la brujería y el trabajo de los curanderos tradicionales".
Además de la violencia, una de las mayores amenazas para las personas con albinismo es el cáncer de piel. "Es alentador ver al Gobierno trabajando junto a la sociedad civil en materia de salud y educación, especialmente en el suministro de ayuda visual y clínicas móviles para prevenir el cáncer de piel", ha declarado Ero.
La evolución de los centros de protección para niños con albinismo en refugios permanentes es otro de los temas que ha destacado como preocupante Naciones Unidas.
"Los estudiantes que van al instituto o a la universidad no tienen más opción que volver a los refugios durante las vacaciones escolares porque tienen demasiado miedo de volver a sus casas", ha declarado Ero.
Sin embargo, el número de niños en los albergues ha disminuido y ha incrementado el número de niños que han vuelto a vivir con sus familias.
"El Gobierno debe continuar educando y reforzando las medidas de protección, porque parece que algunas comunidades y familias no están todavía preparadas para recibir a estos niños", ha señalado.