BERLÍN 7 Nov. (Reuters/EP) -
El Gobierno alemán ha anunciado este lunes un compromiso adicional por 61 millones de euros para el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) destinado a los países africanos para evitar la emigración desde este continente hacia Europa.
El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, ha anunciado esta medida durante una reunión en Berlín con el Alto Comisionado, Filippo Grandi. Con ella, Alemania aportará un total de 298 a ACNUR en 2016. En total, el gasto en cooperación y desarrollo alemán asciende en 2016 a 1.280 millones de euros, una cifra muy superior a los 105 millones dedicados a este ámbito en 2012.
Los países a los que se destinará esta ayuda están inmersos en conflictos crónicos, se han visto afectados por el cambio climático y/o están sumidos en la pobreza y son mayoría entre quienes arriesgan su vida para cruzar el Mediterráneo. "Estos países necesitan nuestra ayuda urgentemente", ha afirmado Steinmeier tras su reunión con Grandi. "El dinero permitirá a la gente recibir atención en sus hogares para que no tengan que hacer el peligroso viaje a Europa", ha añadido.
Fuentes del Ministerio de Exteriores alemán han concretado que la ayuda será en particular para Burundi, Malí, Somalia, Sudán del Sur y los países vecinos, así como para los países afectados por la insurgencia del grupo islamista Boko Haram.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha informado de que en lo que va de 2016 se han perdido 4.220 vidas en el Mediterráneo, una cifra superior ya a la de los 3.777 fallecidos en todo 2015. Hasta el 2 de noviembre habían llegado un total de 159.496 personas a las costas italianas este año, según la OIM.
Este fin de semana, el Ministerio del Interior alemán informó de que estudia ya fórmulas para devolver a África a los inmigrantes que sean interceptados en aguas del mar Mediterráneo.
Hasta ahora, estos inmigrantes son trasladados hasta las costas europeas para tramitar sus solicitudes de asilo, pero el plan alemán se asemeja a las medidas puestas en marcha por Australia: los inmigrantes serían trasladados a Túnez, Egipto u otros países norteafricanos donde podrían presentar sus solicitudes de asilo. Si se les concede el asilo, entonces podrían viajar de forma segura a Europa.
La propuesta ha levantado ya importantes ampollas entre la oposición alemana, ya que contradice radicalmente la tradicional política de acogida de Alemania.