MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Alemania han confirmado este miércoles la muerte de cerca de mil personas durante el último día a causa del coronavirus, un día después de que la canciller del país, Angela Merkel, reconociera la lentitud del Gobierno a la hora de responder a la pandemia.
El Instituto Robert Koch (RKI), el ente gubernamental encargado del control de enfermedades infecciosas, ha apuntado a través de su página web que durante las últimas 24 horas se han detectado 13.202 casos y 982 fallecidos, lo que sitúa los totales en 2.161.279 y 53.972, respectivamente.
El organismo ha apuntado además que en estos momentos hay cerca de 241.600 casos activos en el país, con una incidencia acumulada durante los últimos siete días de 101 por cada 100.000 habitantes, para 83.957 contagios durante la última semana, una cifra en descenso durante los últimos días.
Por otra parte, ha resaltado que durante el último día unas 22.100 personas se han recuperado de la COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, por lo que la cifra total asciende a cerca de 1.866.00 hasta la fecha.
Merkel afirmó el martes que la velocidad de respuesta de las autoridades ante el coronavirus "dejó mucho que desear" y apuntó a "la carencia de digitalización en la sociedad" y a que muchos procedimientos se dilataban en el tiempo a causa de la burocracia como el mayor fallo cometido por Alemania en el marco de la pandemia.
El Ejecutivo alemán reconoció el lunes estar preocupado por la variante del SARS-CoV-2 detectada en Reino Unido, que al parecer se transmite con más facilidad. En palabras del portavoz del Gobierno germano, Steffen Seibert, la mutación plantea un "peligro muy serio" en Alemania, que hasta ahora ha detectado una cifra muy baja de casos de la variante.
El Gobierno acordó la semana pasada con los líderes de los estados federados la extensión del confinamiento impuesto por la pandemia hasta el 14 de febrero. La medida, inicialmente prevista para finales de enero, implica el cierre de restaurantes, instalaciones de ocio y tiendas de productos no esenciales, al tiempo que se hizo obligatorio el uso de mascarilla en el transporte público y se fomentó el teletrabajo.