BERLIN, 15 Oct. (Reuters/EP) -
El ministro de Justicia alemán, Heiko Maas, ha hecho un llamamiento para endurecer el control sobre el Servicio Federal de Inteligencia, después de que los medios denunciaran que sus espías habían fijado como objetivo las embajadas de países aliados sin el consentimiento expreso del Gobierno.
Heiko Maas, miembro del Partido Social Demócrata, afirmó en una entrevista al periódico local 'Rheinische Post' que la reforma de la agencia de inteligencia extranjera del Gobierno alemán (BND) era necesaria. "El Parlamento debe obtener todos los medios necesarios para ejercer un control efectivo sobre los servicios de Inteligencia", añadió.
Estas revelaciones han sido las últimas en una controversia sobre la inteligencia alemana que estalló hace ya dos años, desde que el antiguo empleado de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden revelara en el año 2013 el funcionamiento de un programa de vigilancia que incluía pinchazos telefónicos a la línea de la canciller germana, Angela Merkel.
El Servicio Federal de Intelegencia alemana se encuentra actualmente bajo escrutinio, después de que a principios de año se revelara que sus oficiales habían ayudado indirectamente a la NSA de los Estados Unidos. a espiar a algunas empresas europeas, como Airbus.
El escándalo ha despertado en Alemania un clamor político generalizado, donde la privacidad es un asunto especialmente sensible, sobre todo a raíz de la exhaustiva vigilancia realizada por la Stasi en la parte comunista del país, así como por la Gestapo durante la era nazi.
Las últimas revelaciones han debilitado la imagen pública de Merkel, quien repetidamente ha comentado, a raíz de las declaraciones de Snowden, que espiar a los "amigos" no se considera en absoluto positivo.
La edición digital del semanario alemán 'Der Spiegel' y la emisora pública 'ARD' informaron de que oficiales del BND espiaron embajadas y otros edificios gubernamentales de países aliados, como Francia y Estados Unidos.
Algunas de las acciones efectuadas por los agentes no se encontraban en la lista redactada por la comisión de la Cancillería, lo que sugiere que actuaban sin permiso oficial. Las informaciones publicadas por los medios añadían que el Gobierno ordenó al BND cesar esta actividad en otoño de 2013.