Actualizado: lunes, 24 agosto 2015 3:12


BERLÍN, 24 Ago. (Reuters/EP) -

El ministro del Interior de Alemania, Thomas de Maiziere, ha hecho este domingo un llamamiento para frenar a los militantes de extrema derecha tras una segunda noche de altercados entre manifestantes y policías frente a un hogar de refugiados en la ciudad Heidenau, en el este del país.

"A la vez que vemos una ola de gente que pide ayuda, tenemos un aumento del odio, insultos y violencia contra los que buscan asilo. Esto es obsceno e indigno de nuestro país", ha dicho, en declaraciones al diario 'Bild am Sonntag'. "Quien actúe así se enfrenta a todo el peso de la ley", ha agregado.

La manifestación del sábado, en principio pacífica, comenzó ante la llegada de 250 personas que iban a ser alojadas en un edificio desocupado de la ciudad. Sin embargo, un reducido núcleo de participantes de extrema derecha, pertenecientes al Partido Nacional Demócrata, reventaron la protesta al canto de 'Wir sind das Volk' (Somos el pueblo), el eslogan inicialmente usado en la antigua Alemania del este, y adoptado por el movimiento antimusulmán PEGIDA.

El uso del eslogan ha molestado particularmente a la canciller alemana Angela Merkel, nacida precisamente en la Alemania comunista, quien en su mensaje de Año Nuevo lamentó que "sus corazones son fríos y están llenos de prejuicio y odio". Asimismo, la canciller ha defendido la política de su Gobierno de coalición de acoger a solicitantes de asilo, 200.000 el año pasado.

En un momento en que Europa se enfrenta a un flujo de inmigrantes que huyen de la guerra en países como Siria o Irak, los políticos alemanes están preocupados por los efectos económicos y sociales en su país, el mayor destino de refugiados la Unión Europea.

Alemania, que tiene unas leyes de asilo relativamente generosas, espera que el número de refugiados se cuadriplique este año hasta los 800.000, casi un uno por ciento de la población. La canciller ha dicho que el asunto es un problema para Europa más grave que la crisis de deuda de Grecia.

Muchos políticos han advertido contra un aumento de la hostilidad hacia los extranjeros. En la primera mitad del año se han registrado unos 150 incendios provocados u otros ataques contra hogares de refugiados.

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