LIBREVILLE 27 Sep. (Reuters/EP) -
Alí Bongo ha tomado posesión de su cargo como presidente por segunda vez este martes, después de ganar las elecciones del pasado mes de agosto con una ventaja muy pequeña, lo que ha despertado las críticas de numerosos grupos internacionales, que cuestionan la legitimidad de los comicios.
La victoria de Bongo, que se ha impuesto a su principal rival, Jean Ping por menos de 6.000 votos, ha despertado numerosas sospechas sobre el proceso electoral. Muchos sectores de la oposición, entre ellos Ping, han acusado al presidente gabonés, cuya familia lleva al frente del Gobierno 49 años, de intervenir para amañar el resultado.
Francia ha pedido que se haga un recuento de los votos y la Unión Europea ha declarado que hubo "anomalías" durante la jornada electoral en la provincia de Haut Ogooue, uno de los bastiones de Bongo. En esa región ganó un 95 por ciento de los votos y de acuerdo con los registros del Gobierno, hubo un 99,9 por ciento de participación. Ping ha declarado claramente que cree que las elecciones han sido amañadas por el Gobierno.
"Las elecciones se han terminado. Debemos avanzar hacia otros asuntos", ha declarado Bongo este martes durante su toma en posesión, que le concede otros siete años al frente del Gobierno de Gabón.
La comunidad internacional ha mostrado su preocupación por la situación en Gabón, donde en cualquier momento las tensiones sociales pueden acabar desencadenando violentos disturbios. La indignación social ha crecido especialmente a raíz de que la semana pasada el Tribunal Constitucional rechazara el recurso presentado por Ping, con el que solicitaba un recuento.
La investidura de Bongo se ha celebrado de manera discreta, por el miedo a que se produjeran protestas. El evento ha tenido lugar entre fuertes medidas de seguridad, con el objetivo de dispersar cualquier intento de manifestación. La mayoría de la población ni siquiera sabía que iba a tener lugar la ceremonia.
"Invito a todas las partes interesadas a sentarse a mi lado para que trabajemos juntos en buscar soluciones que satisfagan a nuestros compatriotas", ha declarado Bongo. El presidente llegó al poder por primera vez en 2009, tras la muerte de su padre, el ex presidente Omar Bongo, que estuvo al frente del país más de 40 años.
Al menos seis personas perdieron la vida a raíz de los disturbios que se sucedieron por todo el país durante el 27 y el 28 de agosto, tras el anuncio de los resultados electorales.
"Este ladrón no tiene vergüenza", ha dicho Joseph Awasi, un hombre de 50 años que ha visto la ceremonia desde un pequeño televisor en un bar de Libreville, la capital.
Muchos ciudadanos gaboneses han mostrado completa indiferencia ante la toma en posesión de Bongo, ya que consideran que es una mera formalidad que "no cambia las cosas". Aparte de unas cuantas banderas nacionales en algunas de las principales calles de la ciudad, no ha habido ningún otro signo de que la ceremonia se estaba celebrando.
"Los gaboneses tienen miedo a salir de sus casas. Hay controles de seguridad por todas partes", ha contado Auriol Ondgibi, un joven de 27 años. "Quiero que el país vuelva a la normalidad", ha añadido. Ping ha rechazado la sentencia del Constitucional, al que ha acusado de ser una marioneta del Gobierno.