DUBÁI, 28 Oct. (Reuters/EP) -
Los aviones de combate de la alianza liderada por Arabia Saudí han bombeardeado varias posiciones de los huthis en Yemen y han entregado armas a los aliados que se enfrentan a los rebeldes en la localidad de Taiz (suroeste).
Taiz se ha convertido en el principal frente de batalla en el ascenso de la coalición hacia la capital. Los aviones aliados han entregado armas a las milicias islamistas que combaten con armamento pesado a los huthis en barrios residenciales de la ciudad. "La alianza árabe ha provisto a la resistencia de armas de alta calidad que han aterrizado en el sur de la ciudad en un área bajo nuestro control", ha explicado un miliciano veterano a Reuters.
Las incursiones muestran la determinación de la alianza árabe de usar su dominio aéreo para hacer retroceder a los huthis, el grupo dominante en Yemen. Y ello un día después de que Médicos Sin Fronteras denunciara que en la noche del lunes los bombardeos de la coalición habían destruído uno de sus hospitales en la provincia de Sanaa, en el noroeste de Yemen, una acusación que la alianza ha negado.
Naciones Unidas y otras organizaciones han alertado sobre el empeoramiento de la crisis humanitaria en Yemen, que antes de la guerra ya luchaba contra la pobreza y el hambre generalizados. Las organizaciones han denunciado que durante el conflicto se han bombardeado objetivos civiles, incluidos mercados, fábricas, casas, escuelas y hospitales.
Human Rights Watch (HRW) ha insinuado que la alianza árabe no está investigando los casos sobre presuntas violaciones de Derechos Humanos. "En algunas ocasiones la coalición denegó que los ataques documentados por HRW fueran ilegales, sin embargo ahora no ha provisto información necesaria para sostener dichas afirmaciones", ha señalado.
Arabia Saudí y otros países del Golfo Pérsico han estado bombeardando a los huthis, respaldados por Irán, y apoyando a milicias rebeldes desde marzo. Al menos 5.600 personas han muerto, pero las tropas aliadas apenas han realizado avances en su propósito de restaurar el Gobierno exiliado de Yemen en la capital, Saná, actualmente controlada por los huthis.
"MI CORAZÓN SE DESANGRA"
"El mundo está profundamente afectado por las pérdidas, especialmente civiles, de esta guerra", señaló el vicepresidente de Yemen, Jaled Bahah, en un editorial para el 'Wall Street Journal'. "Cualquier muerte civil es una tragedia por la que mi corazón se desangra; las fuerzas aliadas que nos apoyan están teniendo un especial ciudado para evitar pérdidas humanas, centrándose únicamente en objetivos militares", sostuvo.
Los ataques aéreos también alcanzan las bases militares y las posiciones de combate de los huthis en Taiz, Saná y Al Hudayda, en la costa del Mar Rojo, han afirmado sus habitantes. Muchos de estos asaltos tenían como objetivo instalaciones que ya habían sido atacadas una decena de veces en los últimos siete meses, los menos concluyentes de toda la guerra.
"El conflicto está completamente estancado", ha señalado el analista yemení Farea al Muslimi. "No se vislumbra una solución política a la vuelta de la esquina y ambos bandos están arreglando cuentas con el otro impunemente mientras los ciudadanos se encuentran en el medio", ha añadido.