ESTAMBUL, 31 May. (Reuters/EP) -
El conflicto que el Gobierno turco está librando con los kurdos ha alcanzado una cifra de 5.000 muertos desde julio y además ha destruido alrededor de 6.000 inmuebles, causando daños estimados en alrededor de 305 millones de euros.
Una gran cantidad de ciudades en el sureste kurdo han sido devastadas a causa de bombardeos diarios y atentados como resultado de batallas que aún siguen vigentes. Aun así, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, asegura que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) se encuentra agonizando.
Los combates han alcanzado su máxima intensidad en dos décadas y han resurgido tras una tregua de dos años que acabó en julio. "Ahora nos enfrentamos a un proceso de planificación de reconstrucción de las casas dañadas", ha declarado el viceprimer ministro, Numan Kurtulmus.
Las zonas más afectadas han sido las de Sur in Diyabakir, Silopi, Cizre, Idil y Yuksekova y se estima que la reconstrucción en estas zonas tenga un coste de 260 millones de euros.
La oposición opina que estos planes de reconstrucción son una estrategia que llega demasiado tarde. "Se están engañando a sí mismos y están intentando disimular sus crímenes", ha declarado un diputado del partido pro kurdo HDP, Mir Mehmet. "Si piensan que de esta forma van a conseguir el apoyo local, se equivocan. La destrucción de estas ciudades ha creado una ruptura emocional", ha añadido.
MEZQUITAS E IGLESIAS DAÑADAS
Según la ONG Human Rights Watch, alrededor de 338 civiles, entre los que hay 78 menores, han muerto a causa del conflicto desde el verano pasado y según fuentes de Ankara, alrededor de 355.000 personas podrían haber emigrado a otras partes del país.
"Estos son los últimos gemidos de muerte del grupo terrorista separatista", ha dicho Erdogan frente a una multitud que agitaba banderas turcas y cantaba "que le den al PKK" en la ciudad costera de Esmirna.
Según fuentes militares, alrededor de 5.000 combatientes del PKK han muerto a causa del conflicto, la mitad de ellos en el sureste y la otra mitad en el norte de Irak, donde el PKK tiene sus bases. Por otro lado, el Ejército sitúa en 500 el número de miembros de las fuerzas de seguridad que han muerto.
El PKK está considerado un grupo terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos y lanzó su ofensiva insurgente en 1984, desatando un conflicto en el que se estima que hayan muerto un total de 40.000 personas.
Además de la destrucción de los hogares, también han sufrido daños materiales nueve mezquitas y dos iglesias en Sur. Entre estos edificios se encuentra una mezquita de 500 años de antigüedad en Kursunlu.