PEKÍN 25 Ago. (Reuters/EP) -
Un alto funcionario de China ha asegurado este viernes que los musulmanes que viven en la región de Xinjiang, al este del país, son las personas más felices del mundo y "no deberían creer en las mentiras de los extremistas y de sus adeptos occidentales".
Cientos de personas han sido asesinadas en Xinjiang en los últimos años debido a la violencia existente entre los Uighurs, muchos de los musulmanes que hablan una lengua túrquica --y a los que el Gobierno responsabiliza de haber infundado un extremismo islámico-- y la mayoría étnica de los Han chinos.
Los grupos de derecha y exiliados uigurs han dicho que los disturbios son producto de la frustración que la comunidad uigur sienten por el control que China ejerce sobre su cultura y su religión. China niega esa represión.
El subdirector de publicidad Exterior de la región, Ailiti Saliyev, ha dicho que Xinjiang es estable, armoniosa, abierta y moderna.
Los extranjeros ven el asunto desde la perspectiva que han construido los medios occidentales, ha asegurado. Sin embargo, ha añadido que al llegar muchas personas opinan "desde el fondo de su corazón" que "los musulmanes más felices del mundo viven en Xinjiang".
El problema surge de la "perversa confabulación" que se produce entre los extremistas y las "fuerzas hostiles de Occidente", ha agregado, sin ofrecer nombres.
"Se coordinan con las fuerzas hostiles de occidente de forma insensible para difundir rumores, tergiversar, difamar y mancillar a Xinjiang en los medios extranjeros", ha defendido.
Los extremistas acusan injustamente al Gobierno de intentar aniquilar la lengua uigur y su cultura con proyectos de desarrollo y promoción de la educación bilingüe, así como de intentar prohibir la religión uigur con medidas para garantizar la seguridad de las personas, ha asegurado.
Sin embargo, al mismo tiempo, aplauden actos criminales como "la resistencia de los guerreros a la opresión del Gobierno chino de los Han" y a "la madre de los uigurs", ha dicho refiriéndose a la líder de la comunidad uigur, Rebiya Kadeer, una empresaria exitosa que ahora vive exiliada en Estados Unidos.
Los grupos en el extranjero que pretenden hablar en nombre de los uigurs no son más que "perros corriendo y peones de las mismas" pertenecientes a las fuerzas occidentales hostiles, ha sostenido, añadiendo que su misión como uigur es contar los hechos reales sobre Xinjiang al mundo.
Aunque los reporteros extranjeros pueden visitar Xinjiang, a diferencia del Tíbet que requiere un permiso especial, el Gobierno mantiene una estrecha vigilancia sobre sus movimientos, protagonizando constantes intromisiones a través de duros informes.