MADRID, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los responsables de varias de las principales agencias de la ONU han unido sus voces para denunciar un aumento de la violencia de género en Sudán desde el estallido hace casi tres meses del conflicto entre el Ejército y los paramilitares, ya que consideran que hay ya 4,2 millones de mujeres y niñas en riesgo, 1,2 millones más que antes de que comenzasen los combates.
Naciones Unidas ha reclamado el cese inmediato de esta violencia, que afecta también a desplazadas internas y refugiadas y que adopta distintas formas, incluida el uso de la violencia sexual como táctica de guerra. Los firmantes han pedido además investigaciones imparciales y rápidas sobre estos abusos, recordando a todas las partes que deben respetar el Derecho Internacional independientemente del contexto político o bélico existente en el país africano.
La oficina de la ONU para los Derechos Humanos tiene constancia de al menos 21 incidentes de violencia sexual con 57 víctimas --diez de ellas niñas--, mientras que el Gobierno sudanés eleva los casos a cerca de 90, repartidos entre la capital, Jartum, y la región de Darfur. La ONU concluye que, en cualquier caso "la cifra real de casos es sin duda mucho mayor", bien por el temor de las víctimas a quedas estimagtizadas o sufrir represalias o por la imposibilidad de contactar con instituciones o lugares que puedan hacerse eco de los abusos, incluidas instalaciones médicas.
La directora ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Bahous, ha reconocido que "la violencia sexual es uno de los crímenes internacionales más complicados de documentar y juzgar", ya que "el estigma inhibe a las supervivientes de dar el paso o buscar el apoyo que necesitan", lo que implica una nula o mínima atención tanto médica como legal. Las agencias internacionales trabajan para cubrir estas lagunas, con medidas específicas por parte del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Catherine Russell, ha advertido de que este tipo de violencia "puede tener efectos devastadores a largo plazo físicos y mentales para las supervivientes", por lo que ve crucial diseñar planes específicos de prevención y respuesta que tengan en cuenta las necesidades específicas de mujeres y niños.
Por su parte, el secretario general adjunto de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, ha considerado "inconcebible" que personas que son víctimas de un "conflicto sin sentido" sufran un trauma añadido por razones de género: "Lo que estamos viendo en Sudán no es sólo una crisis humanitaria, es una crisis de humanidad", ha sentenciado. En esta línea, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha reclamado "tolerancia cero" contra los autores de los abusos.