La ONG advierte que la quema de viviendas y el desplazamiento forzado de sus habitantes podría constituir crímenes de guerra
MADRID, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Ejército de Nigeria ha quemado y forzado a desplazarse a comunidades enteras en el marco de su respuesta al aumento de ataques por parte del grupo islamista Boko Haram en el estado de Borno (noreste), epicentro de la insurgencia desde 2009, según ha denunciado Amnistía Internacional.
Según la organización, el Ejército también ha detenido arbitrariamente a seis hombres de las localidades desplazadas, continuando con su patrón de abusos que ha venido documentando Amnistía en los últimos años. Todos ellos fueron detenidos de forma incomunicada durante casi un mes y sometidos a malos tratos antes de ser liberados el pasado 30 de enero.
A partir de diciembre pasado, Boko Haram ha llevado a cabo un número creciente de ataques, en especial en la estratégica carretera que une Maiduguri, capital de Borno, con Damaturu, la capital de Yobe. Durante una reciente visita de investigación a Borno, Amnistía constató que en su respuesta el Ejército nigeriano ha empleado tácticas ilegales que han tenido "un efecto devastador en la población civil y que podrían equivaler a crímenes de guerra".
La ONG ha entrevistado a doce hombres y mujeres que tuvieron que huir de sus aldeas entre el 3 y el 4 de enero cerca de la citada carretera en Borno, además de revisar imágenes de satélite en los que se constatan amplias áreas quemadas y casi todas las estructuras arrasadas.
Los residentes de la aldea de Bukarti han contado a Amnistía que decenas de soldado nigerianos llegaron el 3 de enero y fueron casa por casa, obligando a todos a concentrarse bajo, hasta donde trajeron también a los residentes en la cercana aldea de Matiri.
"VIMOS ARDER NUESTRAS CASAS"
A continuación, les pidieron que fueran hasta la carretera y les obligaron a subirse a autobuses. Una vez a bordo, los residentes pudieron ver como los soldados regresaban a Bukarti y prendían fuego a la localidad. "Vimos arder nuestras casas", cuenta una mujer. Después de ello, los más de 400 hombres, mujeres y niños fueron trasladados a un campo de desplazados cerca de Maiduguri.
Al día siguiente, los soldados llegaron a Ngariri, una aldea próxima a Bukarti, y siguieron el mismo modus operandi, trasladando a los residentes a Maiduguri y arrasando la localidad. Quienes han regresado a estas localidades han constatado que han quedado reducidas a cenizas.
Los testigos con los que ha hablado Amnistía han denunciado que han perdido todo, ya que no se les permitió llevarse nada consigo, incluso sus cosechas que ya habían recolectado, y también algunos animales. "Todo está quemado, incluso nuestra comida, que podría haber alimentado a mi familia durante dos años", se lamenta un hombre.
POSIBLES CRÍMENES DE GUERRA
"Estos actos descarados de arrasar localidades enteras, destruir deliberadamente viviendas civiles y forzar el desplazamiento de sus habitantes sin ningún imperativo militar, debería ser investigado como posibles crímenes de guerra", ha subrayado el director de Amnistía en Nigeria, Osai Ojigho.
"Repiten el patrón de larga data de las brutales tácticas militares de Nigeria contra la población civil", ha denunciado, defendiendo que "las fuerzas presuntamente responsables de tales violaciones deberían ser suspendidas inmediatamente y llevadas ante la justicia".
Según ha explicado Amnistía en su comunicado, ordenar el desplazamiento de los habitantes de estas aldeas, cuando los imperativos de seguridad y militares no lo requería, constituye un crimen de guerra, al igual que el subsiguiente incendio de sus viviendas.
SEIS JÓVENES DETENIDOS SIN CARGOS
Por otra parte, en el marco de las evacuaciones, los soldados separaron a seis jóvenes y les vendaron los ojos, según testigos, sin que esté claro por qué. Tras golpear algunos de ellos, los subieron a vehículos militares y luego los mantuvieron incomunicados durante casi un mes antes de ser liberados, sin que se les acusara de ningún delito.
Dos de los detenidos han contado que fueron llevados a un cuartel militar en Maidiguri y que allí permanecieron encadenados de dos en dos, solo recibían comida una vez al día y no les permitían salir de la celda.
En sus comunicados sobre estos hechos, el Ejército de Nigeria aseguró que se había detenido a seis "sospechosos" y "rescatado (...) a 461 cautivos de Boko Haram" de varias localidades, incluidas Bukarti y Matiri.
Los testigos con los que ha hablado Amnistía han asegurado que Boko Haram no había estado en la localidad y que se sentían mucho más seguros en sus aldeas que en el campo de desplazados. "Dicen que nos han salvado de Boko Haram, pero es mentira", se ha quejado uno de los hombres desplazados.
"El Gobierno de Nigeria no debe ocultar estas violaciones debajo de la alfombra. Deben ser investigadas y los presuntos autores deben ser procesados", ha insistido Ojigho. "También deben adoptarse las medidas necesarias para garantizar que las operaciones militares no siguen desplazando a la fuerza a la población civil", ha añadido.