JERUSALÉN, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
La organización Amnistía Internacional ha denunciado las presiones y maltratos a los que está siendo sometido el preso palestino Muhammed al Qiq, de hambre desde el 25 de noviembre porque se encuentra en "detención administrativa" indefinida desde hace dos meses sin que se hayan presentado cargos ni haya previsto juicio alguno. Al Qiq sospecha que su detención se debe a su trabajo como periodista.
"Las autoridades palestinoas deben cesar de inmediato el tratamiento médico no consensuado y otras medidas de castigo impuestas al periodista palestino Muhammed al Qiq", señala Amnistía en un comunicado.
Además, el grupo asegura que "las autoridades han adoptado varias medidas para presionarle para que ponga fin a la huelga de hambre, lo que supone una violación de la prohibición de las torturas y otros maltratos".
Al Qiq, de 33 años, vio prorrogada su detención el pasado 30 de diciembre por decisión de un juez israelí y el 17 de enero se rechazó una apelación interpuesta contra su detención. No se han presentado cargos, pero el Tribunal Militar de Ofer considera que es responsable de "incitación al odio", que trabaja para un medio de comunicación vinculado a Hamás y de suponer "una amenaza para la seguridad de la zona".
Además, Amnistía pide investigar las denuncias por torturas presentadas por el periodista, quien asegura que durante dos semanas fue interrogado por el Shin Bet, los servicios secretos israelíes para Israel y los territorios palestinos ocupados.
"Fue colocado en una posición conocida como la banana, atado en una posición forzada a una silla durante 15 horas en las que sufrió violencia sexual por parte de los interrogadores. Éstos le dijeron que no vería a su familia durante mucho tiempo a menos que confesara los delitos de los que se le acusan", denuncian la asociación de defensa de los presos Adameer y el propio abogado de Al Qiq, según recoge la agencia de noticias palestina Maan.
A finales de diciembre fue trasladado a un hospital debido al deterioro de su salud y la ONG israelí Sanitarios por los Derechos Humanos Israel ha revelado que se le está medicando forzosamente. "Al Qiq estaba atado a la cama y los celadores le sujetaban mientras el personal sanitario le inyectaba. Pasó cuatro días atado a la cama, con la sonda funcionando pese a que pedía insistentemente su retirada", ha revelado Sanitarios por los Derechos Humanos Israel.
En julio de 2015 Israel aprobó una ley que permite la alimentación forzosa de presos en huelga de hambre si su vida corre peligro, una práctica considerada contraria al Derecho Internacional Humanitario.