Actualizado: miércoles, 16 diciembre 2015 7:18


MADRID, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -

La organización no gubernamental Amnistía Internacional (AI) ha reclamado este martes a las autoridades nigerianas que investiguen "urgentemente" la muerte de al menos 60 miembros de la comunidad chií a manos del Ejército en la ciudad de Zaria, ubicada en el estado de Kaduna (centro).

"Pese a que el balance de víctimas mortales aún no está claro, no hay duda alguna de que ha habido una gran pérdida de vidas a manos del Ejército", ha dicho el director de la ONG en el país, M.K. Ibrahim.

"Las armas de fuego sólo deben ser utilizadas como último recurso, si es inevitable y para proteger la vida. Es crucial que las autoridades eviten utilizar una fuerza excesiva y que garanticen que los responsables de asesinatos ilegales sean llevados ante la justicia para un juicio justo", ha agregado.

El Ejército atacó el domingo algunos edificios que estaban relacionados con la secta chií Movimiento Islámico de Nigeria y la casa de su líder, Ibrahim Zakzaky, que también fue arrestado. Además, varios altos cargos del grupo murieron, entre ellos el portavoz de Zakzaky.

"Desde ayer, tenemos 60 cadáveres más en nuestra morgue", aseguró el lunes el director del hospital universitario Ahmadu Bello, Jalid Lawal. Los residentes de la ciudad han afirmado que escucharon fuertes explosiones durante la redada.

El Ejército ha asegurado que este movimiento intentó asesinar al líder del Ejército, el General Tukur Buratai, cuando varios de sus miembros bloquearon su convoy en Zaria el pasado sábado. Los integrantes del grupo llevaban a cabo un ritual anual para recibir al mes de Maulud, el mes en el que nació el profeta Mahoma.

La mayoría de los musulmanes de Nigeria son suníes, principalmente en el norte de Nigeria, incluyendo a los milicianos del grupo yihadista Boko Haram, que ha matado a miles de personas en atentados y tiroteos. Pero también hay varios miles de chiíes que son seguidores de Zakzaky, cuyo movimiento estaba inspirado en la Revolución Islámica de 1979 en Irán.

La secta chií ha afirmado que cientos de sus miembros han muerto. El Ejército se llevó la mayoría de los cadáveres, para que se pudieran verificar sus identidades. Un suceso similar entre este grupo y el Ejército tuvo lugar el año pasado durante un desfile. Zakzaky afirmó entonces que 30 seguidores y tres de sus hijos fueron asesinados.

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