MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
Hamid Gul, un antiguo jefe de los servicios de Inteligencia de Pakistán (ISI), ha afirmado este lunes que el líder de la organización terrorista Al Qaeda Usama bin Laden murió en 2005 de muerte natural y no en la operación de las fuerzas especiales estadounidenses en 2011.
"En mi opinión, Usama no estaba allí (en Abbottabad). Falleció de muerte natural en 2005", ha dicho Gul, quien fue director general del ISI entre 1987 y 1989, en una entrevista concedida a la cadena de televisión paquistaní Geo TV.
En este sentido, se ha mostrado seguro de que la verdad sobre la operación estadounidense en Abbottabad, llevada a cabo el 2 de mayo de 2011, saldrá a la luz en el futuro.
El Gobierno de Estados Unidos aseguró que identificó el cadáver del antiguo líder de la organización terrorista ocho horas después del asalto a través de pruebas de ADN. Posteriormente se deshizo del cadáver lanzándolo al mar.
Documentación filtrada por el extécnico de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA) Edward Snowden relató que la operación estuvo guiada desde el espacio por varios satélites, que hicieron 387 recogidas de información en la zona en el mes anterior a la redada.
Según la misma, la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA) consiguió penetrar en el sistema de comunicaciones a través de las llamadas de teléfono, que permitieron vincular uno de los móviles al complejo en Abbotabad.
Asimismo, el grupo de Operaciones de Acceso Adaptado instalaron sistemas para permitir a la NSA recolectar información de los teléfonos utilizados por operativos de Al Qaeda y otras "personas de interés". Estos sistemas permitieron el arresto un mes antes de la operación de 40 milicianos de nivel bajo o medio.
Por otra parte, el Gobierno estadounidense utilizó un avión no tripulado avanzado para interceptar las transmisiones electrónicas, al tiempo que la CIA contrató a un médico paquistaní para obtener muestras de sangre de la gente que vivía en Abbotabad para determinar su posible relación con Bin Laden.
La operación militar propició que las relaciones entre Washington e Islamabad se deterioren y ha provocó que Estados Unidos retuviera la suma de 33 millones de dólares en subvenciones para Pakistán como represalia.