MADRID, 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los tunecinos salen a votar este domingo en las elecciones locales que se celebran en Túnez, las primeras desde la aprobación de la nueva Constitución del país, impulsada por el presidente del país, Kais Saied, y entre los temores a la apatía electoral presente desde las legislativas del año pasado.
Los votantes elegirán a los 2.155 miembros de 279 consejos locales que ocuparán por un plazo de cinco años a través de un sistema de dos vueltas mayoritario. Son entendidos como el primer paso hacia el nombramiento del siguiente nivel: los consejos regionales y de distrito, así como la creación de la cámara alta, el Consejo Nacional de Regiones y Distritos, según la Constitución de 2022.
Esta nueva cámara legislativa está concebida para el impulso de proyectos de desarrollo económico y la construcción de escuelas, carreteras y otras infraestructuras, siguiendo la promesa efectuada en su día por el mandatario para descentralizar el poder lejos de la capital.
Las elecciones locales estaban previstas para el 17 de diciembre, según anunció el 10 de septiembre el jefe de la Alta Comisión Electoral Independiente, Faruk Buaskar.
Sin embargo, el presidente Saied ha decidido aplazar las elecciones una semana después para que tengan "un significado simbólico", dado que el 24 de diciembre se cumple el 13 aniversario de la muerte de los jóvenes activistas Muhammad al Amari y Shawqi al Haidari durante los acontecimientos de la revolución tunecina que derrocó al exdictador Zine El Abidine Ben Ali.
Decisiones como ésta tienen la intención de reactivar a un electorado moribundo, como se observó en los comicios legislativos del año pasado, cuando apenas un 11 por de los votantes acudieron a las urnas en medio de preocupaciones cada vez mayores por los problemas políticos y económicos locales, con la migración por delante.
En junio, la Comisión Europea ofreció al presidente tunecino un programa de asociación, también denominado "pacto migratorio", destinado a frenar la migración hacia Europa.
En ese momento, la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, prometió hasta 900 millones de euros en ayuda para Túnez y otros 105 millones de euros en 2023 para frenar la migración irregular, casi el triple de la cantidad que la UE había dado a Túnez, durante los dos años anteriores. Saied, sin embargo, ha reiterado su país no se convertirá en un guardián de los inmigrantes en medio de críticas a su persona por alentar la xenofobia en el país.
El presidente, además, sigue enfrentándose a las habituales protestas y boicots contra la apropiación de poderes, ya que en julio de 2021 se arrogó las competencias del Parlamento en lo que sus críticos describieron como un autogolpe de Estado. En el último año, ha realizado varias destituciones, incluida la de la primera ministra Najla Bouden.