BRASILIA, 21 Jun. (Reuters/EP) -
El apoyo a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha sufrido una nueva caída en junio, llegando a un diez por ciento de la población que afirma respaldar su gestión en un momento de aumento del desempleo y acusaciones de corrupción.
Según un último sondeo, el porcentaje de brasileños que consideran la administración de Rousseff como "mala" o "muy mala" ha llegado al 65 por ciento durante esta semana, cinco puntos por encima del resultado obtenido en el mes de abril.
La encuesta, realizada por Datafolha, destaca que los resultados de Rousseff suponen la aprobación más baja dada a un presidente brasileño desde la caída del exmandatario Fernando Collor en el año 1992, que fue destituido por delitos de corrupción.
La imagen de la mandataria ha empeorado en todos los grupos de edad y regiones, incluidos los sectores más empobrecidos que más se han beneficiado de las políticas sociales de Rousseff y su predecesor, Luiz Inacio Lula da Silva.
En el norte del país, tradicional bastión del gobernante Partido de los Trabajadores, solo el 14 por ciento de los encuestados ha considerado la gestión del Gobierno como "buena" o "muy buena", mientras que un 58 por ciento la califica de "mala" o "muy mala".
Esta encuesta se ha realizado antes de que la Policía Federal arrestase el viernes a los presidentes de las dos mayores constructoras del país por participar supuestamente en la trama de corrupción de Petrobras, vinculada al propio PT.
La corrupción, el desempleo y la sanidad son las mayores preocupaciones del electorado brasileño, según el sondeo. El número de ciudadanos que sitúan el paro como su mayor preocupación ha aumentado al once por ciento, cinco puntos más que en abril.