El Ministerio de Exteriores saudí condena las "repetidas e irresponsables acciones" de Suecia
MADRID, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio de Exteriores de Arabia Saudí ha anunciado este viernes que convocará al encargado de negocios sueco en el país por la nueva autorización de la quema de un ejemplar del Corán en Estocolmo durante una manifestación cerca de la Embajada iraquí.
Además, ha condenado las "repetidas e irresponsables acciones" de Suecia por permitir actos que son una "provocación sistemática contra los sentimientos de millones de musulmanes por todo el mundo", según un comunicado del ministerio publicado en su cuenta de Twitter.
La protesta incluye una petición a las autoridades suecas para que "de forma inmediata" tomen "todas las medidas necesarias para acabar con unos actos vergonzosos que violan las enseñanzas religiosas y las leyes internacionales".
Esta protesta por parte de Arabia Saudí llega menos de un día después de que seguidores del clérigo chií Muqtada al Sadr atacaran e incendiaran la Embajada sueca en Bagdad (Irak) en protesta por la autorización de la Policía sueca de una nueva protesta en Estocolmo en la que se preveía la quema de un ejemplar del Corán.
La autorización de una nueva quema de un ejemplar del Corán ha provocado que países como Irán hayan enviado una nota de protesta ante la ONU.
Debido al ataque contra la Embajada sueca, los diplomáticos han suspendido sus actividades en el país "hasta nuevo aviso", tras lo que Irak ha decidido expulsar a la embajadora de Suecia del país.
Por su parte, la Unión Europea ha condenado el ataque contra la sede diplomática y ha exigido a las autoridades de Irak que garanticen la seguridad de la legación.
Este ataque a la Embajada sueca en Bagdad no es el primero, pues ya sufrió otra irrupción el pasado 29 de junio en el marco de una manifestación convocada como protesta por la quema de un ejemplar del Corán durante una concentración en Estocolmo que había sido avalada por la Policía del país europeo.
La quema del libro sagrado del islam llevó a varios países árabes y musulmanes a llamar a consultas a sus embajadores o convocar a los representantes suecos y desató una oleada de llamamientos a favor del boicot de productos suecos, así como críticas a las autoridades del país europeo por dar autorización a la manifestación a sabiendas de que se iba a prender fuego a una copia del Corán.