MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
El grupo de expertos International Crisis Group (ICG) considera que Argelia tiene el potencial de convertirse en un actor estabilizador clave en el norte de África si consiguiera solucionar la sucesión de su actual presidente, Abdelaziz Bouteflika, y culminar la revitalización de las relaciones exteriores con los Estados del Golfo Pérsico, el antiguo poder colonial de Francia y su vecino Marruecos.
Los levantamientos árabes, la crisis en Malí y sus consecuencias, han vuelto Libia, Túnez y la citada Mali, así como gran parte de la región del Sahel, en una zona de riesgo fronterizo por primera vez. El ataque yihadista sobre la planta de gas natural en In Amenas en enero de 2013 es el perfecto ejemplo de ello.
El deterioro de esta seguridad regional afecta también a la política doméstica, siendo un frente de conflicto más a sumar a los numerosos que ya separan al Gobierno y al "estado secreto", dominado por los servicios de inteligencia militar.
Asimismo el miedo a que la sucesión de Bouteflika origine una lucha interna entre las élites y provoque el descontento popular abundan en el país. Se le suma a esto la negativa del Gobierno a una transición abierta, lo que ha generado acusaciones de rigidez y estancamiento por parte de la oposición.
El país haría bien en suavizar, cuando no resolver, estas tensiones cuando sea posible señalan los expertos del ICG.
Un actor clave en este proceso sería su Ministro de Asuntos Exteriores, Ramtane Lamamra, y su visión para la dinámica exterior del país. Lamamra ha logrado que Argelia recalibre su política internacional, centrando la atención del país en el continente y su entorno tras más de una década dedicada a las relaciones con EEUU y la Unión Europea.
Finalmente el ICG, considera que en este tiempo de alta inseguridad regional y polarización ideológica, una mayor participación de Argelia como valedor de la estabilidad y el compromiso político convertirían al país en el ancla que necesita el problemático escenario en el que se encuentra.